Memoria Viva: Arropamiento del Memorial en el CMPR por la Unión de Costureros

En una conmovedora manifestación de memoria viva, la Unión de Costureros, liderada por Virgelina Chará, llevó a cabo el arropamiento del memorial en el Centro de Memoria, Paz y Reconciliación (@centromemoriabogota). En 11 años que lleva el Centro de Memoria, es la segunda vez en la historia de la institución que se realiza este ritual de profundo simbolismo.

🕊️ Virgelina Chará, destacada líder de la Unión de Costureros, destaca que este acto ritual va más allá de simplemente cubrir con telas el CMPR; es un proceso de inclusión y reconocimiento. «Recordamos a víctimas que a menudo quedan en el olvido, como los habitantes de calle y la comunidad LGBTI. No hay jerarquía en el sufrimiento, pero sí en la visibilidad. En este tejido participan militares, paramilitares, guerrilleros, una amalgama de historias que convergen en el acto simbólico de coser». Además, resalta que este es un acto de construcción de memoria en colaboración con la ciudadanía, contando con el apoyo de diversas universidades y organizaciones.

Este acto no solo representa un homenaje a las víctimas, sino que también se erige como un recordatorio poderoso de la diversidad de historias que convergen en este espacio dedicado a la memoria y la reconciliación. La Unión de Costureros, con su participación activa en este ritual, resalta la importancia de reconocer y recordar a aquellos cuyas historias a menudo son marginadas. 

 

Libro «Cárcel y Memoria. Entrevistas – Ensayos»

Carcel

El Centro de Memoria, Paz y Reconciliación (CMPR) lanza su nuevo libro «Cárcel y Memoria. Entrevistas – Ensayos» . Este proyecto es una iniciativa del CMPR de contribuir al proceso continuo de ampliación del campo de la memoria en Colombia. 

El libro surge como una extensión del pódcast «El mito de Sísifo», acogido por el diario El Espectador, que exploró el sistema penitenciario colombiano y sus impactos en las personas privadas de la libertad. Las entrevistas, transmitidas entre agosto y octubre de 2020, revelan las experiencias de diez individuos de diversas trayectorias, desde intelectuales hasta exmilitantes y artistas.

El libro consta de dos partes complementarias. La sección de «Entrevistas» presenta transcripciones ampliadas de las conversaciones del pódcast, acompañadas de textos que las sitúan en contextos y debates específicos. La otra cara, «Ensayos», reúne reflexiones e investigaciones de académicos, activistas y profesionales que abordan el sistema penitenciario desde diversas perspectivas. 

El libro, ilustrado por Leandro Rodríguez, busca ser una contribución valiosa al entendimiento de las violencias dentro de las cárceles y al llamado a transformar discursos y prácticas institucionales. 

El compromiso del Centro de Memoria, Paz y Reconciliación es ser un instrumento que promueve una cultura de paz y de los derechos humanos a través de la memoria y la verdad histórica, y este libro es parte de esa misión, destacando las voces de aquellos afectados por el sistema carcelario y abogando por una transformación de las prácticas institucionales. 

Exposición «Hilos de Paciencia, tejiendo esperanza»: inicio de una narrativa de resistencia

En un significativo evento de inauguración, dimos la bienvenida a la exposición del «Costurero de las Verdades», titulada «Hilos de Paciencia, Tejiendo Esperanza». Esta cautivadora exhibición de arte textil, compuesta por seis piezas confeccionadas mediante la técnica del patchwork, se erige como un testimonio conmovedor de las experiencias de resistencia, duelo colectivo y reconstrucción en el contexto del conflicto en Colombia.

Cada una de las seis piezas expuestas se erige como un testimonio visual, una historia meticulosamente tejida que refleja la esencia misma de la propuesta de «remendar lo social». Inspirándose en la obra «Auras Anónimas» de Beatriz González, la exposición rinde homenaje a la memoria del conflicto y la resiliencia del pueblo colombiano.

La propuesta de «remendar lo social»

El hilo conductor de la exposición es la propuesta de «remendar lo social». A través de la técnica del patchwork, cada pieza cuenta una historia única de resistencia, uniendo fragmentos de experiencias individuales en un tapiz colectivo de esperanza. La metáfora del acto de coser y unir se convierte en un símbolo potente de la capacidad de la comunidad para tejer su propia narrativa de resistencia y reconstrucción.

La presencia de «Auras Anónimas» en la exposición sirve como anclaje emocional y estético. Esta obra maestra de González, que captura la esencia de lo anónimo en medio del conflicto, se integra de manera magistral en el discurso visual de «Hilos de Paciencia, Tejiendo Esperanza». Es un recordatorio poético de que cada puntada, por pequeña que sea, contribuye a la creación de una red sólida de memoria y resistencia.

La exposición estará abierta al público hasta el 30 de noviembre de 2023. Invitamos a todos a sumergirse en este viaje visual y emocional en el Centro de Memoria, Paz y Reconciliación, donde cada pieza cuenta una historia única, y todas juntas construyen un tapiz de esperanza para el futuro.

«Hilos de Paciencia, Tejiendo Esperanza» no es solo una exposición de arte textil; es un testimonio conmovedor de la capacidad humana para transformar el dolor en resistencia, la pérdida en esperanza y los retazos del pasado en un futuro tejido con hilos de paciencia. No pierdan la oportunidad de ser parte de esta experiencia única antes de que la exposición cierre sus puertas.

Así fue la acción pública de Ausentes, Estrellas Presentes: un monumento en el cielo por los desaparecidos

El pasado sábado 4 de noviembre del 2023,  más de 500 personas fueron testigos de una conmovedora acción pública de memoria en Bogotá, gracias a «Ausentes, Estrellas Presentes».

Este proyecto, realizado en colaboración con más de 12 organizaciones de víctimas de desaparición forzada, el Centro de Memoria, Paz y Reconciliación, y el Planetario de Bogotá, llevó la memoria de los ausentes a nuevas alturas, construyendo un monumento en el cielo por sus seres queridos.

Este emotivo evento forma parte de un proyecto continuo que ha estado en desarrollo desde el 2021, y se encuentra detallado en la página web del Centro de Memoria (www.centromemoria.gov.co).

«Ausentes, Estrellas Presentes» es un ejercicio simbólico que fusiona elementos físicos con el vasto espacio público, conectando a la comunidad en una poderosa herramienta de apoyo a las víctimas y organizaciones sociales en su búsqueda incansable de verdad, justicia, reparación y garantía de no repetición de estos crímenes de lesa humanidad.

Durante tres años consecutivos, en el mes de noviembre, 12 organizaciones sociales y familiares de personas desaparecidas en Colombia han llevado a cabo esta acción pública de memoria. El resultado de este proceso colectivo es un conjunto de asterismos, semejantes a constelaciones, que representan a las más de cien mil personas desaparecidas en Colombia.

Carlos Molina, líder del Planetario de Bogotá, destacó la importancia de este acto conmemorativo al recordar que «las estrellas que vemos son las mismas que nuestros abuelos y los abuelos de sus abuelos alguna vez vieron». Los asterismos creados por las organizaciones otorgan un lugar simbólico a los desaparecidos en el cielo nocturno, impidiendo que sean invisibilizados u ocultados.

La relación con las estrellas tiene una ventaja única: una memoria inscrita en el cielo es intocable e inmutable. Según José Antequera, exdirector del Centro de Memoria, Paz y Reconciliación, esta acción representa una resistencia y una trasgresión de las víctimas frente a la pretensión de eliminar el derecho a enterrar y reivindicar a los muertos en un espacio físico.

Todo el proceso y los asterismos están disponibles para consulta pública en la página web www.centromemoria.gov.co, permitiendo que esta obra trascienda el espacio físico y se convierta en una fuente perdurable de memoria y reflexión.

Diálogo sobre Palestina: Esto es un genocidio

En un evento significativo y enriquecedor, el Centro de Memoria, Paz y Reconciliación (CMPR) tuvo el honor de organizar el conversatorio titulado «Esto es un GENOCIDIO, Diálogo sobre #Palestina». El evento se llevó a cabo con la participación destacada de Mauricio Jaramillo Jassir, Profesor de la Universidad del Rosario, con un Ph.D. en Ciencia Política, y Margarita Cadavid, Internacionalista con un Máster en Estudios Políticos Internacionales. Sara Bolaños, miembro del equipo del CMPR, moderó la conversación.

El conversatorio abordó diversas dimensiones del conflicto en Palestina, desde el papel de la comunidad internacional hasta la influencia de los medios de comunicación. Se exploraron a fondo la historia del conflicto y se discutieron posibles soluciones, en un esfuerzo por comprender y abogar por la paz en la región.

Además de las conversaciones profundas, el evento incluyó la proyección del documental «5 Broken Cameras». Esta película sigue durante varios años la lucha y las protestas pacíficas de los habitantes de Bil’in, un pueblo en Cisjordania que enfrenta la pérdida de tierras de cultivo debido a la construcción del muro de separación con Israel y al avance de los asentamientos de colonos israelíes en las proximidades del pueblo.

El conversatorio y la proyección del documental no solo ofrecieron un espacio para la reflexión, sino que también sirvieron como recordatorio impactante de la complejidad del conflicto en Palestina y la necesidad urgente de buscar soluciones sostenibles. Estos eventos son parte integral de los esfuerzos continuos del CMPR para fomentar el diálogo, la comprensión y la construcción de la paz en contextos de conflictos y tensiones globales.

Infografía: Paz Total

Desde el Centro de Memoria, Paz y Reconciliación creamos esta herramienta para comprender la Paz total e incentivar la deliberación en torno a ella.

Les compartimos esta infografía sobre la ley de Paz Total, let 2272 del 2022.

Exposición Urdiendo la vida para tejer la paz

La exposición «Urdiendo la vida para tejer la paz», realizada por la organización Tejidos Chakana, visibiliza la fuerza y la creatividad que puede surgir de la unión de diferentes actores que han sido afectados por la violencia en Colombia. Desde abril hasta junio de este año, se podrá apreciar esta exposición en la que se exhiben los tejidos en chaquira que fueron resultado de los talleres en los que participaron víctimas de crímenes de Estado, víctimas del conflicto armado, firmantes de paz, excombatientes de las FARC-EP y familiares de miembros de la Fuerza Pública.

La enseñanza del tejido en telar de chaquira se convirtió en un espacio de encuentro y de intercambio de experiencias que buscaron la reconciliación y la construcción de un futuro en paz. La galería artesanal que se construyó, y que ahora se presenta en esta exposición, es el resultado de un trabajo colectivo y un testimonio de la resiliencia y el deseo de transformación que habita en cada una de las personas que participaron en el proyecto.

«Urdiendo la vida para tejer la paz» es una invitación a reflexionar sobre las posibilidades que se abren cuando se decide tejer juntos y construir en comunidad. Los tejidos que se presentan en la exposición son más que piezas de arte, son hilos que conectan las historias y las experiencias de quienes participaron en el proyecto y que nos invitan a imaginar un futuro en el que la paz y la justicia sean una realidad en Colombia.

La exposición «Urdiendo la vida para tejer la paz» estará disponible para el público hasta el 30 de junio del 2023.

Memorable I: Experiencias ejemplares de construcción de memoria pública democrática en un período crítico

El libro que presentamos a continuación podría considerarse una caja de herramientas. En este hemos recogido experiencias ejemplares de ejercicios de memoria, por la paz y la reconciliación, que sirven para ser replicadas, debatidas o recreadas; experiencias inspiradoras que compartimos de manera sintética, también como una muestra de la gestión del Centro de Memoria, Paz y Reconciliación (CMPR) entre 2020 y 2022.

El período de referencia es, sin ninguna duda, un periodo
crítico. Por un lado, estuvo marcado por los procesos de
movilización desbordada que empezaron a darse con mayor
intensidad en Bogotá y el país a partir de la firma del Acuerdo
Final de Paz. Desde 2016, con la promesa de que sin guerra habría
tiempo, espacio y voluntad para que pudiéramos concentrarnos
en los problemas estructurales de Colombia, las exigencias
sociales por el cambio se expresaron con votaciones inéditas en
las elecciones presidenciales y la consulta anticorrupción de 2018.
Correlativamente, las marchas que empezaron el 21N de 2019
determinaron un prolongado “estallido social” sin precedentes.
Este periodo corresponde a los primeros años del post-acuerdo de Paz, que la mayoría de expertas y expertos internacionales consideran determinantes para el futuro del país, con un balance contradictorio entre avances importantes, sobre todo en materia de justicia transicional, y una gran falta de voluntad para su implementación efectiva, cientos de asesinatos de firmantes de paz, líderes y lideresas sociales y masacres.

Más allá, entre 2020 y 2022, vivimos una verdadera distopía
con la etapa más difícil de la pandemia de la COVID-19, que
significó muertes, confinamiento generalizado, afectaciones
inmensas al sistema productivo, exacerbación del abuso policial
y graves daños a la vida en relación y la salud mental, que solo ahora han empezado a medirse en su magnitud. La pandemia fue el telón de fondo que determinó lo crítico de este periodo crítico.


En la convocatoria al uso público del espacio, en la realización
de productos de pedagogía para la ciudad, en el fortalecimiento
y expresión de iniciativas de víctimas y ciudadanas, tomamos en
serio las exigencias del nuevo momento de movilización social
y el reclamo por la ampliación de lo memorable para dar lugar
también a las violaciones a los derechos humanos en las protestas
sociales, las resistencias que son parte de la experiencia de las
víctimas del conflicto armado y las luchas por la democracia en el
país. Las convocatorias a eventos, talleres y otros espacios no solo
debieron adaptarse a la llamada virtualidad, sino que tuvieron
que elaborarse para que fueran útiles también a la urgencia de
enfrentar la soledad, encierro y “distanciamiento social”.
En ese sentido, las experiencias que recogemos aquí tienen
el valor de haberse producido tomando en cuenta cuestiones
que se suelen mencionar como retos en foros y seminarios sobre
memoria para la paz y la reconciliación, pero sobre las que han
existido pocas respuestas: la construcción de comunidad; el protagonismo de la ciudadanía; la imaginación ante la falta de
Memorable I apropiación social de experiencias vinculadas con la violencia; la realización de herramientas con perspectivas emancipatorias como el feminismo, ecologismo o antirracismo, etc.
Nos referimos a experiencias de memoria pública democrática porque hablamos de procesos que no pretenden la transmisión de un relato cerrado y estático, sino la promoción del diálogo y el debate públicos, sobre el posicionamiento de verdades factuales a partir de investigaciones rigurosas, sentencias judiciales; informes como los del Centro Nacional de Memoria Histórica o la Comisión para el Esclarecimiento de la Verdad, la Convivencia y la No Repetición. Este concepto también hace referencia a la consideración de las experiencias de resistencia, transgresión contra las injusticias y construcción de democracia, como parte fundamental de lo memorable en el siglo XXI en el que tenemos que confluir en la defensa de causas comunes, más allá de constatar nuestras innegables diferencias.


Así, aquí encontrarán experiencias como cursos y ciclos
de formación para público general; proyectos de investigación
difundidos en formato de series documentales y podcast; ejercicios
de escritura creativa con firmantes de paz; procesos de creación y
puesta en escena con rap y teatro; curaduría de cine documental;
exposiciones; proyectos para niños y niñas; laboratorios para
estudiantes; proyectos de memorias territoriales en barrios de
Bogotá; y performance sobre desaparición forzada. Son muchas las organizaciones de víctimas, organizaciones sociales, movimientos, individuos e instituciones que han hecho posible el trabajo del CMPR en este periodo crítico. A todas ellas y ellos les expresamos el agradecimiento que corresponde a compañeras y compañeros de lucha y les ofrecemos este recuento que esperamos siga alimentando la fuerza por la memoria, la paz y la reconciliación en Bogotá, Colombia y el mundo.

Los Guardianes de la Memoria en Bogotá

Por: Andrea Mora y Germán Moreno / Equipo Centro de Memoria, Paz y Reconciliación.

Guardianes de la Memoria es una herramienta pedagógica para que los niños, niñas y adolescentes víctimas y afectados por el conflicto armado o por procesos migratorios fortalezcan el tejido social y la construcción de memoria y paz en la ciudad a través de diversas narrativas.

Camilo y Alejandra* vivían en el estado de Sucre, Venezuela. Su padre salió huyendo hacia Colombia en 2019 por haberse negado a participar en un hurto de enseres para ser entregados a las fuerzas militares venezolanas. En Sucre, Camilo y Alejandra tenían vivienda, comida, acceso a salud y educación, pero el asesinato de su tío en frente de su casa los hizo salir hacia Colombia bajo amenazas.   

Carmen*, junto con sus hijos Camilo y Alejandra, de 9 y 10 años, viajaron hasta la ciudad fronteriza de San Antonio del Táchira y desde allí caminaron durante siete días para llegar hasta Bucaramanga. Después, lograron conseguir un pasaje en bus hasta Barranquilla, sentados todos en el mismo puesto. “Mis hijos tuvieron que cambiar sus juguetes, sus risas y sus amigos por caminatas largas acompañadas de hambre, frío y cansancio”, relata Carmen.  

En Barranquilla su estadía fue corta al no encontrar oportunidades laborales y al enfrentarse con expresiones xenófobas, así que decidieron continuar su ruta hacia la capital del país en trayectos cortos. En Bogotá, Camilo y Alejandra se reencontraron con su padre y actualmente viven en un paga diario de la localidad de Kennedy. Muchas veces tienen una sola comida al día, no cuentan con Permiso Especial de Permanencia, ni acceso al sistema de educación, pero poco a poco se han vinculado a los espacios que hay para los niños y niñas en la ciudad.  

Al otro lado de donde residen Camilo y Alejandra, en el oriente de la capital, vive Martín* con sus tres hermanas y su madre. Llegaron a Bogotá en 2007 provenientes del municipio de Chaparral, Tolima, a causa de un desplazamiento forzado por amenazas y persecuciones que llegaron después del asesinato de su padre a manos de integrantes del Ejército. Él era líder social y presidente de una junta de acción comunal de la región. 

Martín y su familia tuvieron que iniciar de cero en Bogotá y pudieron establecerse en un paga diario de la localidad de San Cristóbal Sur.  A través de trabajos domésticos, la madre de Martín ha podido sustentar a su familia e iniciar una nueva vida mientras continúa asistiendo a las audiencias del proceso judicial que está en curso por asesinato de su esposo y denuncia las amenazas que hay contra su familia.  

Las historias de desplazamiento forzado y de migración de Camilo, Alejandra y Martín, son tan solo una muestra de las múltiples violencias que han impactado a las personas que habitan Bogotá, las cuales dan cuenta de la necesidad de continuar implementando en la ciudad estrategias integrales de reparación e inclusión. 

Uno de los escenarios donde Camilo, Alejandra y Martín han podido encontrar causas comunes es en los espacios protectores de la Fundación PLAN y de la Estrategia Atrapasueños de la Secretaría Distrital de Integración Social. En estos lugares conocieron la herramienta Guardianes de la Memoria que diseñaron el Centro de Memoria, Paz y Reconciliación y la Secretaría Distrital de Integración Social, en alianza con la Fundación PLAN. Esta estrategia ha generado un espacio para jugar, experimentar, hablar y reflexionar sobre las memorias de los niños, niñas y adolescentes víctimas del conflicto armado y de la población migrante. 

Para Jose Antequera, director del Centro de Memoria, Paz y Reconciliación, Guardianes de la Memoria es una estrategia para que los niños y niñas puedan entender que la memoria es algo más que conocer las tragedias que han ocurrido en nuestra historia. “Es poder construir una memoria comprometida con el presente y una memoria que sea cultivada como parte de la cultura que también en los niños y las niñas es fundamental para que al final nuestro país pueda tener la paz que merecemos”, aseguró Antequera.   

En este espacio han podido compartir sus historias de vida, sus tradiciones y aquello que más anhelan, pero también han conocido a muchos niños y niñas que, como ellos, desean vivir una infancia con derechos, feliz y protegida. “Esta es una apuesta muy importante de la pedagogía y de poder trabajar con niños y niñas en el entendimiento de una ciudad vibrante en donde las migraciones han jugado un papel esencial y en la que cada una de las personas que llegan a la ciudad en diversos momentos y por diversas razones tienen un espacio, un lugar, unos derechos por los cuales luchar y desde los cuales pueden construir un futuro”, afirmó Gustavo Quintero, vicepresidente de la Fundación PLAN.  

Camilo, Alejandra y Martín hoy son Guardianes de la Memoria. Hacen parte de los 180 niños, niñas y adolescentes en Bogotá que participan de una aventura que les permitió narrar sus memorias y, a partir de ellas, entender que la construcción de paz y de causas comunes es de todos y todas sin importar el color de piel, el acento, el lugar de procedencia. La memoria es un ejercicio que se construye con los otros y las otras para hablar de aquello que nos hace humanos y nos une. 

Es así como Guardianes de la Memoria se convierte en una herramienta que hoy se implementa en nueve localidades del distrito, con acciones simbólicas que fortalecen el tejido social y la construcción de memoria y paz. “Creemos en la importancia de construir escenarios que permitan la participación de niños, niñas y adolescentes víctimas de conflicto armado y afectados por el mismo, que se conviertan en espacios de reconocimiento de su historia de vida. A través de la pedagogía, el arte, el juego, ellos expresan emociones, sentimientos, y se apropian de sus propios derechos”, aseguró Luis Parra, subdirector para la Infancia de la Secretaría Distrital de Integración Social.  

*Todos los nombres fueron cambiados por protección. 

Cartografía: Encuentros de experiencias pedagógicas constructoras de memoria y paz en la Escuela.

Este documento plantea una forma de ordenamiento de las experiencias pedagógicas compartidas y pone a disposición una ruta metodológica de mapas, preguntas y reflexiones con las cuales incrementar el diálogo de saberes que sobre pedagogías de paz, memorias, reconciliación y derechos humanos existen en Bogotá.

En este espacio virtual encontraran información sobre el proceso de construcción colectiva que se está constituyendo en la ciudad.

  • Encuentro de experiencias pedagógicas constructoras de memoria y paz en la escuela.
  • Mapas parlantes.
  • Laboratorios de Co-Creación.
  • Otras acciones que articulen con el movimiento.