Las sobrevivientes

Bogotá, D.C., julio 12 de 2023. En el Centro de Memoria de Paz y Reconciliación se llevó a cabo el lanzamiento del libro ‘Las Sobrevivientes’, una obra literaria que narra las historias de mujeres transgénero del barrio Santa Fe, del antes y después de la Constitución de 1991. Estas leyendas trascurren entre la tristeza, los sueños y las travesías de valientes mujeres como Cinderella Núñez, Ingrid López, Lida Carreño y Constanza Sánchez.

‘Las Sobrevivientes’ es un libro que va más allá de las palabras, pues está adornado con fotografías que nos transportan a las décadas de los 80 y 90. Con sus 109 páginas, esta obra cautiva y lleva al lector a la época del pasado en el que se veía un país transfóbico, conservador y violento, haciendo que cada fragmento tenga el poder de estremecer el corazón y dejar una profunda impresión de cómo cuatro mujeres lucharon por sobrevivir.

Se llama ‘Las Sobrevivientes’, porque fueron más las que murieron, las que desaparecieron y quedaron en el camino de ser ellas mismas, según el relato. Durante este libro, las protagonistas abren su corazón y hablan sobre sus familias, los viajes, el tránsito por el género, teniendo en cuenta el contexto político y social que tuvieron que vivir.

Para conocer a ‘Las Sobrevivientes’ y conocer las vidas de estas valientes mujeres trans, puede dar clic en el siguiente enlace: https://enbogotasepuedeser.gov.co/lassobrevivientes/.

Tejer Memorias en Tiempos de Crisis Democrática

El 4 y el 5 de diciembre de 2020 se realizó de manera virtual el encuentro de experiencias “Tejer Memorias en Tiempos de Crisis Democrática”, organizado por el Centro de Memoria, Paz y Reconciliación; la Universidad del Rosario; la Universidad Pedagógica Nacional; y el Instituto Distrital de Patrimonio Cultural, con la participación de más de 30 universidades, instituciones y organizaciones.

 

Este encuentro fue fundamental no solo para poner en común investigación que se desarrollan actualmente con distintas perspectivas conceptuales y metodológicas, sino también para pensar colectivamente nuevas rutas en el campo de estudios de la memoria a partir de la realización de un balance del camino recorrido hasta ahora en Colombia.

 

El encuentro se desarrolló alrededor de cinco ejes temáticos. El primero, titulado “Historizar la memoria en Colombia”, planteó dos cuestiones centrales. La primera estuvo relacionada con la necesidad de reconocer la emergencia de nuevos actores en el campo de la memoria que no se consideran víctimas del conflicto armado, sino de procesos históricos de exclusión y discriminación, o que habiendo sido parte de la confrontación político – militar buscan poner en la escena pública memorias que no son necesariamente apologéticas.

 

La segunda cuestión que surgió en este eje fue la emergencia cada vez mayor de nuevas discusiones y apuestas metodológicas en el campo de estudios de la memoria, como por ejemplo, las relacionadas con los estudios culturales, el análisis de las dinámicas socioespaciales, el ecoturismo y los feminismos.

 

El segundo eje se tituló “Memorias, Patrimonios Plurales y Construcción de Paz”. Este eje entendió la memoria como un campo en el cual convergen o se articulan disputas propias de los campos simbólico, político y social. En esa línea, reconoció a la memoria como un recurso importante para ayudar a situar en una mejor posición en el escenario democrático a las comunidades y grupos históricamente excluidos. Además, reconoció la necesidad de tejer una alianza de múltiples prácticas de la memoria que diversifiquen la escena pública. Todo ello, valorando las tensiones que existen entre las formas comunitarias, institucionales y expertas de hacer memoria.

 

Este eje también se preguntó por la relación entre memoria, paz y democracia, concluyendo que no se trata de una relación de causa y efecto. Así, se planteó que la memoria puede dar lugar a procesos democratizantes y de construcción de paz, pero también puede reproducir relaciones autoritarias que buscan desconocer la pluralidad y regular el campo.

 

Frente a ambas cuestiones, el eje dejó abiertas dos preguntas: ¿Cómo pasar de unas memorias traumáticas a unas memorias emancipadoras, diversificadoras de la esfera pública? ¿Cuáles maneras de hacer memoria pueden fortalecer la democracia?

 

El tercer eje, titulado “Territorio, ambiente y memorias”, trabajó a profundidad el tema de la memoria ambiental, denifiéndola como una apuesta contrahegemónica que necesita ser visibilizada. Destacó que este tipo de memoria estudia los conflictos (armado, socioecológico) y las resistencias de las comunidades en relación con la naturaleza, la cultura, las prácticas productivas, las identidades. Además, consideró a las memorias ambientales como narraciones que están atravesadas por los cuerpos individuales y colectivos.

 

Este eje también planteó que en los procesos de construcción de memorias ambientales se generan prácticas de reconciliación con la naturaleza y de recuperación del tejido social, ambos afectados por el conflicto armado y por el extractivismo. En relación con esas prácticas se consideraron centrales las categorías de cuerpo, ritual, tradición, sanación y ancestralidad.

 

El cuarto eje se tituló “Educación, investigación y memoria”. Este eje planteó dos cuestiones ético-políticas. La primera, que los procesos de construcción de memoria deben estar orientados hacia un diálogo intergeneracional que reconozca la construcción de las subjetividades de niñas, niños y jóvenes. La segunda, que es urgente crear un movimiento pedagógico para el Nunca Más en América Latina. Los participantes de este eje reconocieron que en Colombia existen importantes trabajos sobre educación y memoria alrededor de los cuales se han articulado maestros y maestras.

 

Por último, el eje cinco, “Archivos, lenguajes y estéticas de la memoria”, señaló que existen “nuevas formas de hacer memoria” que se han constituido como una alternativa frente a una coyuntura que se percibe como negacionista, autoritaria, homogeneizante. Algunas de estas formas son: archivos, museos, lugares de memoria, prácticas rituales de duelo, antimonumentos, grafitis, muralismo, producciones audiovisuales, fotografías, grabados, blogs; expresiones musicales, danzarias, literarias; serigrafías, fotomontajes, tejidos, performance.

 

El eje planteó que estas expresiones están arraigadas en espacios y territorios concretos en los que las comunidades han construido lugares de memoria, resignificando de ese modo los espacios en los que se desarrolló el conflicto armado. Asimismo, consideró que las diversas narrativas allí desplegadas fortalecen las organizaciones e interpelan a los sujetos.

 En términos generales, los participantes del encuentro señalaron insistentemente la necesidad de generar redes de articulación para difundir los múltiples trabajos de investigación que están en curso o que han sido recientemente publicados. Además, para generar espacios de intercambio entre los distintos procesos de construcción de memoria que se llevan a cabo dentro y fuera de la academia.

Exposición: Objetos y memorias en movimiento

Exposición: objetos y memorias en movimiento

Formatos interactivos y relatos de las personas desplazadas, migrantes y refugiadas.

Esta exposición virtual  plantea un espacio de dialogo entre el proyecto australiano BELONGINGS, que aborda las relatos de  memorias contadas por personas migrantes y refugiadas a través de sus objetos más preciados y tres casos documentados en el contexto Colombiano, cuyas protagonistas narran en primera persona sus historias de desplazamiento forzado, migración y refugio.

Actualmente, problemáticas generadas por falta de oportunidades, violencias estructurales, situaciones de violencia política y de violación a los derechos humanos han impactado a millones de personas a nivel global, las cuales han tenido que migrar de sus países de origen, o desplazarse de sus territorios ancestrales. Finalmente, algunas han huido en búsqueda de refugio, con la única razón de mantener a salvo sus vidas. Todo esto sin distingo de raza, género, edad, credo y nacionalidad, mostrándonos un encuentro con el drama humano que nos golpea a todos y todas. 

¿Sabías que existen 79.5 millones de personas en el mundo desplazadas a la fuerza?
¿Sabías que 26 millones personas en el mundo son refugiadas?
¿Sabías que 45.7 millones de personas en el mundo son desplazados internos?

Belongings, es una experiencia interactiva que busca desestabilizar la mentalidad de «nosotros contra ellos» al resaltar la universalidad de la humanidad a través de un único hilo común: nuestras preciadas pertenencias.  

Belongings da vida a historias de desplazamiento, resiliencia y esperanza de una manera sorprendentemente nueva: el smartphone, que se ha convertido en una de las principales formas de comunicarnos con nuestros seres queridos, se sirve ahora como dispositivo para acercarse a las voces de las personas representadas en la instalación. 

Creado por Digital Creative Labs de SBS y utilizando tecnología desarrollada por Google Creative Lab, Belongings se produjo en asociación con la comunidad de la que se trata, a través de talleres de narración de historias en los que se invitaba a los participantes a traer un objeto con el que habían huido de su tierra natal. 

¿Sabías que 3.6 millones de venezolanos se han desplazado al extranjero?

¿Sabías que 4.2 millones de personas en el mundo estan solicitando asilo?

Damon Amb, 38, originario de Irán. 

«El monedero está lleno de recuerdos de mi abuela. Puedo oler a mi abuela cuando sostengo el monedero cerca de mi cara. Cuando abro el monedero, los recuerdos y se derraman los olores del jardín de toot (morera).  

Es maravilloso, como mi abuela. Mi hermosa abuela «. 

Lizzy Samba, 34 años, originaria de Papúa Nueva Guinea. 

“Este collar tradicional es como mi ángel guardián; es un objeto de protección. Fue un regalo de mi madre. Necesito protección. Mi vida ha sido dura pero ya voy en mi piel y cuando me pongo este collar no solo trae mi madre de mi corazón, me hace sentir femenina y hermosa. 

Ser transgénero es algo de lo que los refugiados no hablan. Es difícil. Mi collar es un signo de fuerza para animarme a contar. 

Me fui con él y es todo lo que necesito a veces para sentirme viva «. 

Parastoo Bahrami, 21, originario de Afganistán, pasó 11 años en un campo de refugiados en Indonesia antes de venir a Australia.  

«Estos son objetos importantes para mí porque me han mantenido ocupado.  

Los abalorios son algo que hacía en  casa. No pude traer ninguna de mis cuentas pero ahora tengo muchas cuentas aquí y me hace feliz. Poner las cuentas juntas para hacer algo me ha permitido cuidar mi bienestar emocional.  

Al hacer estos objetos me siento feliz y me ayuda a evitar la depresión y los problemas de salud mental. Cuando estoy haciendo estos objetos, siempre pienso que tendré un brillante futuro y me olvido un poco de mi difícil pasado en Afganistán. 

Yo siempre llevo mis cuentas conmigo. Siempre.» 

Sabina Krusevljanin, 55 años, originaria de Bosnia Herzegovina.

“Esta pequeña mochila es un tesoro. Fue la  bolsa de viaje mas práctica para llevar «mi posesión» a la espalda mientras escapaba de Sarajevo a través del túnel bajo el Aeropuerto de Sarajevo 

Amou Job, originario de Sudán del Sur.

Ella no trajo nada porque mientras se desplazaba desde un campo de refugiados a otro, lo perdió todo. Ella tiene sus recuerdos y sus historias, ¡eso es todo! 

R.H. (no quiere ser identificado), 48, originario de 

Bangladesh. 

 “Traje el bordado de mi madre porque no pude traerla a ella. Ella es lo mas importante que tengo  en el mundo pero tuve que dejarla sola en mi país.  

El bordado es una pequeña parte de su presencia que puedo sentir todos los días. Me conecta con ella cada vez que lo veo y lo toco. Es lo más valioso para mí ahora y lo guardo conmigo en todo momento. 

Extraño mucho a mi madre y la amo más que a la propia vida.» 

¿Sabías que en Colombia hay 8´056.993 víctimas de desplazamiento forzado registradas?

EL CASO COLOMBIANO

En este espacio virtual, los relatos recogidos en lugares lejanos y contextos diversos mediante el uso de herramientas tecnológicas, nos permiten conocer las memorias de personas a través de sus objetos preciados. Aquellos objetos que les enlazan afectivamente a sus familias, territorios, a la espiritualidad y a su propia raiz identitaria. 

Sus relatos nos hablan de la añoranza de tiempos y espacios que ya no volveran, pero tambien de resistencia, fortaleza y lucha por construir un futuro mejor a pesar de la adversidad. 

Todas las personas contamos con ese objeto especial que nos recuerda una experiencia, un lugar, una persona o un momento particular y que nos invita a ver la universalidad de la humanidad a través de un único hilo comun: nuestras preciadas pertenencias. 

Estos objetos desde la exposición, se proponen como un puente de intermediación, para vincularnos empaticamente con quienes han sufrido las afectaciones propias del refugio, la migración y el desplazamiento 

¿Sabías que hay 1´764.883 migrantes originarios de Venezuela en Colombia?

FAMILIA

TERRITORIO

IDENTIDAD

De acuerdo con ACNUR, Colombia es el país con mayor número de personas en condición de desplazamiento interno del mundo, por cuenta del conflicto armado y de la actual reactivación de enfrentamientos entre grupos armados al margen de la ley. Por años, el país ha tenido que hacerle frente a la crisis humanitaria del desplazamiento forzado. 

Así mismo Colombia es el mayor receptor de personas migrantes y refugiadas venezolanas. Esta población además de su dramática situación, debe enfrentar la estigmatización y la normalización por parte de la sociedad, lo cual ha contribuido a invisibilizar y minimizar las profundas afectaciones que estas representan y a diluir las responsabilidades del Estado en la construcción de políticas públicas eficaces para la contención, atención y prevención. 

¿Sabías que Colombia acumula 17.000 solicitudes de asilo de personas venezolanas?
¿Sabías que los fenómenos de desplazamiento forzado, migración y asilo político tienen una profunda marca de género? Además del rastro numérico (49,3% de quienes han migrado a Colombia desde Venezuela son mujeres, y más de la mitad de las personas que han sido víctimas de desplazamiento en el país son mujeres), estos fenómenos generan un impacto desproporcionado en las mujeres que lo viven: las barreras económicas y sociales se profundizan, y se aumenten alrededor de ellas los niveles de vulnerabilidad y violencia.

AGRADECIMIENTOS:

Martha Lucía Rentería
Víctima de desplazamiento forzado a Bogotá

Vanessa Cristal Ferreira
Ciudadana venezolana refugiada en Colombia

Yaimira Graterol Hernández
Inmigrante venezolana en Colombia

Raúl Fernández San Miguel
Agente de Belongings para Europa y Latinoamérica

John-Paul Marin
Co-Creator y Productor Ejecutivo de Belongings

Special Broadcasting Service (SBS), Australia

Equipo de trabajo Centro de Memoria, Paz y Reconciliación

Almas Que Escriben – Vidas en medio del conflicto

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Quienes abran este libro se encontrarán con un instrumento poderoso: la historia contada, narrada por quienes han sido víctimas de la guerra, pero también por quienes hicieron parte de la confrontación armada y decidieron deponer las armas e integrarse a la vida civil.

Recordar para que no vuelva a pasar, entender lo que sucedió y no olvidar que, sin importar de dónde provenga, el dolor de cada víctima tiene la misma importancia, son los objetivos fundamentales del trabajo que realizamos en el Centro de Memoria, Paz y Reconciliación. Un Centro que desde el inicio de la actual administración se ha convertido en un espacio de todos, en donde las víctimas y los distintos actores del conflicto construyen conjuntamente un mejor mañana, de la mano con la ciudadanía, la institucionalidad, los organismos internacionales y todo aquel que esté dispuesto a contribuir, escuchar al otro y trabajar conjuntamente.

Estos objetivos surgen de un análisis profundo y muchas discusiones acerca del papel que debe jugar Bogotá como ciudad capital, pero también como escenario de conflicto en donde el miedo se convirtió en elemento constitutivo de la cotidianidad de quienes residen en la ciudad. Es precisamente ante este desafío que decidimos como Centro de Memoria, Paz y Reconciliación hacer una apuesta arriesgada pero absolutamente necesaria para una ciudad que necesita encontrarse y no dividirse, ponerse metas comunes y caminar hacia una paz para todos, una paz al 100%.

La apuesta consiste principalmente en generar espacios y desarrollar procesos que permitan el encuentro, que desde lo artístico, Almas que escriben. Vidas en medio del conflicto armado, lo cultural o lo pedagógico generen el clima de confianza para que quien llegue sienta la tranquilidad de expresar sus opiniones, contar sus experiencias y manifestar sus miedos, sin que esto excluya al otro de hacer lo mismo en las mismas condiciones.

Claramente, no es una tarea fácil porque como sociedad aún nos queda camino por recorrer, aún no aprendemos a respetarnos, a escuchar y a entender que seremos mejores cuando podamos convivir, discutir sin odio y acogernos a las reglas de juego propias de un Estado de Derecho.

Quienes abran este libro se encontrarán, entonces, con ese instrumento tan poderoso que es la historia contada por quienes han sido víctimas de la guerra y también por quienes hicieron parte de la confrontación armada y decidieron deponer las armas e integrarse a la vida civil. Son narraciones personales que nos hablan desde lo más íntimo de cada uno de los escritores, y a la vez son documentos políticos que nos relatan los estragos
de la guerra en la cotidianidad de personas de los más diversos
contextos.

Pero el ejercicio de la escritura no solamente fue el vehículo para llevar estas historias invaluables a los lectores, sino una herramienta a través de la cual los autores pudieron dar nuevos significados a sus experiencias y a sus relatos. Les permitió reconocerse verdaderamente en su propia historia, y de reconocerse también en las de otros participantes, propiciando relaciones de confianza y de solidaridad que fortalecieron la experiencia para todos. Fue, por todo esto, un proceso de auténtica reparación a través de la escritura, y el resultado es este libro que contiene y transmite toda la fuerza que se vivió a lo largo de estos meses.

Después de este ejercicio en el cual los protagonistas del conflicto armado se han atrevido a mirarse a sí mismos y a contarnos lo que vieron, nuestra tarea como sociedad es vernos reflejados Almas que escriben. Vidas en medio del conflicto armado en estos relatos y hacernos responsables de nuestras propias historias. Y si llega el día en que no se hable más sobre el conflicto que ha recorrido esta ciudad y este país, y caemos en el riesgo del
olvido, estarán las voces de Almas que Escriben para recordarnos que la mejor forma de sanar es relatar lo que hemos vivido.

 

Gustavo Alberto Quintero Ardila
Alto Consejero para los Derechos de las Víctimas,
la Paz y la Reconciliación

Oficios de la memoria

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No es extraño que en este libro nos entregue memorias contadas por mujeres. Cada una nos presenta un relato distinto de su experiencia de vida que tiene una fractura cuando irrumpe la guerra en su casa y en los caminos de sus familiares y vecinos. Todas recorren los laberintos del desplazamiento forzado y la llegada a la ciudad para buscar una oportunidad que las libre de la angustia de haberlo perdido todo.

Bogotá Ciudad Memoria

Bogotá_Ciudad_Memoria

Este libro es otra mirada a la historia, desde los espacios públicos que son huellas latentes y que transforman a Bogotá en un gran mapa que refleja toda la violencia política nacional, así como las luchas sociales y las grandes apuestas por la paz. Es un libro que nos recuerda a personas que fueron silenciadas y a sueños que siguen esperando su momento.

El país, como esos muros que bajo muchas capas de pintura guardan mensajes e historias olvidadas, parece solamente atender al último
suceso, para cobijarse en la desmemoria. En esos muros hay una especie de almanaque de otros días que no pocas veces da cuenta de crímenes y vejámenes, de hechos soslayados o sepultados en los diarios, pero que hay que descascarar para encontrarlos.

Así sucede en este libro, ocurre que nuestra historia oficial –podemos repetirlo una y otra vez como un mantra por ser una verdad ineludible–, está contada más que por la punta del lápiz por el lado del borrador. En buena parte, el miedo generado como herramienta de amedrentamiento también conduce a provocar el olvido, a asordinar la verdad o a conculcarla.

Nos movemos entre un pasado hipotético y un olvido que nos lleva a vivir en la periferia del otro, en la indiferencia por lo que nos ocurre al cobijo de una ceguera histórica, de una ceguera impuesta. “La historia es el reverso del traje de los amos”, decía René Char, un poeta de la resistencia francesa que se negaba a la desmemoria y a los pases hipnóticos del olvido.

Este libro es la mirada desde el otro extremo del catalejo, no del lado que aleja los sucesos sino del que los acerca. Es, como todo lo que quiere hacer luz sobre la historia, el reverso del traje que otros nos han hecho a su antojo, a su gusto y sus medidas.

Para lograrlo, para avivar la memoria, los autores de esta obra necesaria han armado una suerte de rompecabezas, de mapas fragmentados de nuestra violencia, una especie de geopatía, de enfermedad, del paisaje que se puede señalar en los lugares donde han caído, víctimas del odio, desde notables hombres públicos hasta incontables e inolvidables desconocidos. Nadie es un N. N. para su núcleo familiar, a nadie le asignan el nombre del vacío.

Un mapa así, que más que geográfico es social, puede abarcar desde Jorge Eliécer Gaitán hasta el muchacho anarquista muerto por balas oficiales en una calle que antaño tuvo el nombre ostentoso de Real, una arteria de la ciudad que cuenta en un ábaco de luto una legión de muertos. Es una calle –allí también asesinaron a Rafael Uribe Uribe–, que desde el trasunto de la violencia tiene los visos de una calle Irreal.

El libro refuerza la generación, como lo hace de manera extraordinaria, el Centro Memoria, Paz y 10 Bogotá, ciudad, memoria, Reconciliación, de una conciencia colectiva sobre las víctimas de la ya larga encrucijada histórica que vivimos como Nación.

Una encrucijada que nos hace decir, con dolorosa ironía, que en Colombia la guerra siempre viene después de la posguerra, pero también que proyectos como este ayudan a darle el punto final a esta larga situación enajenada y cruenta.

Memoria, paz y reconciliación es el trípode en el que se monta una obra que no es privativamente el cuadro clínico de los colombianos como conglomerado social en el marco de la violencia, sino también un reconocimiento a las víctimas y a sus familiares, que también lo son.

Memorias para la democracia y la paz: veinte años de la constitución política de colombia

El Centro de Memoria, Paz y Reconciliación definió como una de sus líneas de acción en 2011 el acompañamiento a los actos de memoria de los veinte años de la realización de la Asamblea Nacional Constituyente, y de la aprobación de la Constitución Política de Colombia. La Asamblea Nacional Constituyente de 1991 fue un hito en la historia del siglo xx, en la búsqueda de la institucionalidad necesaria para superar cincuenta años de ciclos de violencia y conflictos armados. Con la aprobación de la nueva Constitución se formalizó un pacto de sociedad para construir un Estado Social de Derecho que permitiera tramitar pacíficamente los conflictos sociales y políticos. Después de décadas de violencias generalizadas y de crisis del régimen político heredado del Frente Nacional, convergen varios procesos de búsqueda de alternativas por el camino de la ampliación de la democracia representativa y la exploración en la democracia participativa.

Luego de veinte años vuelven a formularse interrogantes sobre el significado y las repercusiones del cambio institucional iniciado en 1991. ¿Cuáles fueron los retos que asumió la Constituyente? ¿Cuáles las circunstancias que le dieron origen y el contenido del Estado Social de Derecho que se instituyó? ¿Se estableció una nueva forma de democracia, la democracia participativa? ¿La continuidad y ampliación de la violencia y de los conflictos armados en las últimas dos décadas, indican que fracasó como pacto de paz? ¿Los fenómenos de corrupción, paramilitarismo y parapolítica han desbordado a la Constitución? ¿Las treinta y cuatro reformas constitucionales aprobadas y el acervo legislativo han desvirtuado los contenidos y propósitos de las Memorias para la democracia y la paz: veinte años de la Constitución Política de Colombia 14| constituyente de 1991? ¿Avanzamos a un Estado más democrático o se involuciona a modalidades del autoritarismo? ¿Qué queda de la Constitución Verde y de los derechos humanos? 

Muchos de esos interrogantes son abordados en los textos compilados en este libro y que han sido aportados por protagonistas del proceso constituyente, o del seguimiento académico o político a los cambios institucionales inaugurados con la aprobación de la Constitución Política de Colombia el 4 de julio de 1991. 

En la conmemoración de los veinte años de la Asamblea Nacional Constituyente, el Centro de Memoria Paz y Reconciliación del Distrito Capital se unió a una alianza social e interinstitucional, y contribuyó a la construcción de espacios de diálogo que aportan a la reconstrucción histórica de la búsqueda de la democracia y la paz en Colombia. La agenda de la alianza social interinstitucional para la conmemoración de veinte años de la Constitución incluyó, a lo largo del año 2011 foros, conferencias, actos protocolarios, definición de placas conmemorativas e intercambios con los gestores de procesos constitucionales en países de la Región Andina.

Memorias con sentido de futuro. Cátedra del bicentenario

Memoria con sentido de futuro

Esta publicación reúne las ponencias presentadas en la “Cátedra del Bicentenario: memoria con sentido de futuro”, realizada entre los meses de marzo y julio de 2010. 

Con motivo de la conmemoración del Bicentenario del Grito de Independencia, el Centro del Bicentenario: Memoria Paz y Reconciliación de la Secretaría Distrital de Gobierno y la Cátedra de Pedagogía instituida por la Secretaría de Educación de Bogotá unieron sus esfuerzos; es así como se ofreció la oportunidad de abordar temas trascendentales de nuestra historia. 

En la sesión inaugural, realizada el 10 de marzo, el secretario Distrital de Educación, Carlos José Herrera, centró la Cátedra cuando señaló que “[…] la temática ‘Bicentenario: memoria con sentido de futuro’, no sólo nos ayuda a reflexionar sobre los doscientos años de la Independencia, sino sobre lo que está ocurriendo ahora”; indicó que nuestros pueblos del continente tuvieron una agenda común en su lucha emancipadora, y hoy, en varias naciones de América Latina, rescatan su sentido de historia abriendo centros de memoria en Chile, Uruguay, Brasil, Colombia y la misma España, para Memoria con sentido de futuro │ Cátedra del Bicentenario 10| rescatar el legado de sus pueblos. “Esa agenda común debe ser objeto de estudio en búsqueda del desarrollo del derecho a tener memoria para no repetir y sacar experiencias en defensa de la democracia y los derechos humanos”, recalcó Herrera.

 La Cátedra incluyó en las tres primeras sesiones reflexiones sobre los fundamentos del Estado de Derecho y los derechos humanos, sobre conquista de derechos para las mujeres en setenta años de luchas y el significado histórico de la Asamblea Constituyente de 1991. En la segunda parte de la Cátedra se abordaron temas de gran importancia en la pedagogía de las Ciencias Sociales y el análisis histórico de los movimientos populares. 

En este volumen se incluyen las ponencias centrales que están a disposición de los lectores en el aula virtual del Centro del Bicentenario: Memoria, Paz y Reconciliación, al lado de otros textos que son un calificado material de consulta para que en los centros educativos se continúe profundizando en esta Pedagogía de la Memoria con Sentido de Futuro.