Memorable II: Enfoques novedosos sobre desafíos para la construcción de memoria en Colombia

libro memorable

Por Jose Antequera Guzmán

¿En qué consiste el deber de memoria del Estado?

Para muchos, se trata del mandato para que las instituciones estatales, especialmente los museos y los colegios, acaso las universidades, transmitan relatos intocables y sacralizados sobre la historia reciente centrados en la victimización y el sufrimiento a partir de la guerra; la ficción didactista para que los más jóvenes “tengan memoria” con la que se espera alcanzar la no repetición porque “pueblo que no conoce su historia está condenado a repetirla”.

Para otros muchos, el deber de memoria del Estado, siguiendo la Ley de víctimas, consiste en el mandato para que se “propicien garantías” que permitan la realización de ejercicios conmemorativos desde diferentes sectores en torno a sus experiencias de sufrimiento, asumiendo a las instituciones estatales como agentes neutrales. Sin “ideologización”, como reclamaba Darío Acevedo, quien fuera director del Centro Nacional de Memoria Histórica entre 2019 y 2022, el mismo apoyo han de recibir las víctimas de una población que sufrió múltiples masacres para dar a conocer su testimonio, que los promotores
de justificaciones sobre el papel de las instituciones estatales.

El abordaje político de la memoria como asunto público conduce a dos certezas fundamentales. Una, a que hablamos de “disputa por la memoria” porque, además de los esfuerzos Memorable II de justificación intrínsecos a las vulneraciones a los derechos humanos, hay resistencias. La segunda, que el resultado de esa disputa, que implica confrontación sobre el pasado, sus versiones y sus sentidos actuales, es la definición de “los marcos de selección de lo memorable” (Crenzel, 2008).

Así, el deber de memoria del Estado implica acciones que se despliegan en el campo del debate político propio de la democracia que no son de transmisión de relatos cerrados e intrascendentes, y que lejos de ser neutrales tienen que ser de convocatoria permanente en torno a esos marcos de selección, a favor de su ampliación para la disposición de todos los posibles dispositivos narrativos que permiten el ejercicio del derecho a la memoria de la ciudadanía: el derecho vivo al pasado fecundo, utilizable, movilizador (Guixé e Iniesta, 2009).

La promoción de la memoria como deber, valor, consigna y objetivo, vinculada a la construcción de paz y el esfuerzo por el logro de acuerdos recientes, ha implicado, al menos desde el Estado, el planteamiento de hipótesis acerca de la selección mencionada. En Colombia, en las leyes y decretos sobre víctimas previas a la firma del Acuerdo de Paz entre el Estado y las FARC, en las bases de creación y funcionamiento del Sistema Integral de Verdad, Justicia, Reparación y Garantías de No Repetición, en múltiples informes de la institución memorial nacional fundamental que ha sido el Centro Nacional de Memoria Histórica, y el Informe Final de la Comisión de la Verdad, existe un marco compartido de selección de lo memorable que se puede caracterizar a partir de la llamada “centralidad de las víctimas” que ha sustentado la legitimidad de la solución política y negociada a pesar de una correlación militar que dejó de ser de empate estratégico a partir del Plan Colombia. Así, lo memorable en el país ha sido, sobre todo, la experiencia de las víctimas y de daño a la población colombiana a partir de la guerra como objeto de esclarecimiento, cuya continuidad aparece inaceptable a pesar del prometido “fin del fin” decretado por los generales de la República.

Frente a este marco, que ha sido la ruptura de una tradicional consideración de las víctimas como costo necesario, que ha legitimado la voz de los y las sobrevivientes, que ha posibilitado políticas de reparación y justicia transicional y que ha dado fundamento a la orientación por la paz y contra la guerra, el Estado tiene que propiciar no el negacionismo excusado en la promoción del debate democrático, sino la ampliación en función de la profundización democrática. Es desde allí que tiene que convocarse al diálogo en virtud del deber de memoria, por el derecho a la memoria, más allá de la transmisión del relato inmóvil. Esa ampliación significa la apertura a la reflexión permanente acerca de la experiencia histórica que corresponde al presente.

En este libro se reúnen ponencias en torno a lo memorable, al marco de selección de lo memorable en Colombia, al proceso de posicionamiento de elementos de nuestra experiencia dentro del marco de lo memorable y a propuestas sobre asuntos que deben ser memorables según sus autores, aunque sean poco considerados como tales. Al publicarlas desde la comprensión del deber de memoria del Estado como lo he expuesto, queremos, además del cumplimiento de nuestra misión a cargo de una institución estatal, resaltar la labor intelectual de quienes se ubican en una renovada manera de comprender la memoria con respecto a la violentología o a los lugares comunes en los estudios y políticas en esta materia en el país.

Fernanda Espinosa Moreno explora la relación entre la consolidación del campo de la memoria en Colombia con la resistencia, la acción colectiva y los movimientos sociales en perspectiva histórica.

Liliana Chaparro ha desarrollado su investigación acerca de la emergencia del problema público de la violencia sexual en el conflicto armado colombiano, preguntándose explícitamente por el proceso que conduce a la consideración como memorable socialmente de un asunto que ha afectado particularmente a las mujeres en nuestro país, a partir de lo cual constata y propone implicaciones generales de la misma para la comprensión de la memoria, los estudios y las políticas al respecto.

Laura Paola Ávila Quiroga propone una nueva perspectiva para comprender la experiencia histórica del sufrimiento en el núcleo de la transmisión de la memoria histórica sobre la que se dan tantas cosas por sentadas, todo ello a partir de cómo se configuran las experiencias y las emociones relacionadas con el sufrimiento y de cómo a través de este lente es posible comprender el pasado de una sociedad afectada por el conflicto armado.

Juan Alberto Carabalí Ospina plantea una perspectiva de la memoria desde el pueblo negro frente a la versión instalada de comprensión del asunto. La reivindicación de una memoria larga, de resistencias que conservan la vigencia de lo ancestral, vinculada con la cultura y a la espiritualidad, aparecen en la base de una comprensión de la relación con el pasado y su valor en el presente que significa ampliación frente a la afirmación de las violaciones de derechos según la tipología de los instrumentos internacionales.

Juan Pablo Torres Henao cuestiona el lugar del Partido Comunista Colombiano y de las FARC en el marco de selección de lo memorable; lo compartido y lo disímil de ese lugar, la valoración de las experiencias históricas de sus miembros y, si cabe, su experiencia colectiva, reivindicando la potencia subversiva que significa la reivindicación de su papel en la construcción de la democracia realmente existente en nuestro país.

Marisol Grisales ha instalado su investigación en un territorio convertido en memorable a través de la política oficial “Retornar es vivir”, proponiendo un enfoque de consideración de los procesos sociales de reconstrucción, transformación y conformación de la espacialidad que conduce a comprender los retornos como rehabitación alejada de la ilusión de volver al pasado.

María Angélica Tamayo fija su atención en la conexión transnacional de las luchas por la memoria, lo que ha sido determinante en el recorrido de las organizaciones que luchan por la verdad y la justicia, contra la desaparición forzada y los crímenes de Estado, así como un ámbito memorial latinoamericano. Su investigación conduce a la necesaria apertura de la mirada local que han tenido los estudios de memoria en Colombia en el marco de un “boom” reciente, para la afirmación del papel importantísimo de la solidaridad internacional en su posicionamiento y la identificación de oportunidades de políticas renovadas.


Salomón Manjbub Avendaño se propone mostrar el carácter mentiroso del discurso de la degradación del conflicto colombiano por cuenta de su transformación en mera guerra por el narcotráfico y que se ha ajustado bien como justificación de la “guerra contra las drogas”. Así desentraña las consecuencias sobre la población colombiana que tendrían que abordarse urgentemente: las de la represión, persecución y criminalización que ha significado la victimización de miles de personas a partir del paradigma prohibicionista.


Felipe Caro Romero apela al concepto de “necromancia” para abordar el carácter histórico de la discriminación y de la lucha contra ella en la experiencia del movimiento LGTBIQ+; las disputas por la memoria que son parte de la disputa por los derechos o su negación. Desde allí propone una perspectiva que sería necesaria para la integralidad del esfuerzo frente a un heteronacionalismo que tendría que significar en Colombia la adopción e implementación de una política pública que pasa necesariamente por el cuestionamiento del pasado.


Fernanda Barbosa dos Santos explora la relación entre el periodismo de paz en Colombia y los trabajos por la memoria, específicamente a través de la experiencia del medio digital “Rutas del conflicto”. A partir de la reconstrucción de la trayectoria del medio, resalta un tipo de trabajo memorial que no suele ser considerado explícitamente junto con el trabajo de archivo, performance, representación o museográfico; una comprensión del periodismo de paz como un esfuerzo por la memoria que implica escarbar, moldear, contar, y que ha sido determinante, sin duda, para la ampliación de lo memorable en Colombia.


Sandra Paola Aguilar asume la necesidad de hablar de memoria de las resistencias como apertura de la memoria sobre los hechos de victimización. Las experiencias en torno a la danza son los vehículos de memoria que conducen la búsqueda por el aporte efectivo a la construcción de paz desde el concepto de corporalidad.

Con inmensa gratitud por la generosidad de estas personas intelectuales, presentamos este volumen Memorable con la certeza de que los debates que aquí se abordan y las propuestas que se hacen reflejan que, más allá de un “boom” o estallido de memorias, hay un estallido de pensamiento crítico fundamental para nuestra orientación en el futuro.


Referencias bibliográficas
Crenzel, E. A. (2008). La historia política del Nunca más: La memoria de las desapariciones en la Argentina. Siglo Veintiuno Editores.
Guixé, J. e Iniesta, M. (Eds.). (2009). Políticas públicas de la memoria:
I Coloquio Internacional Memorial Democràtic. Editorial Milenio
Memorial Democràtica.

Exposición Urdiendo la vida para tejer la paz

La exposición «Urdiendo la vida para tejer la paz», realizada por la organización Tejidos Chakana, visibiliza la fuerza y la creatividad que puede surgir de la unión de diferentes actores que han sido afectados por la violencia en Colombia. Desde abril hasta junio de este año, se podrá apreciar esta exposición en la que se exhiben los tejidos en chaquira que fueron resultado de los talleres en los que participaron víctimas de crímenes de Estado, víctimas del conflicto armado, firmantes de paz, excombatientes de las FARC-EP y familiares de miembros de la Fuerza Pública.

La enseñanza del tejido en telar de chaquira se convirtió en un espacio de encuentro y de intercambio de experiencias que buscaron la reconciliación y la construcción de un futuro en paz. La galería artesanal que se construyó, y que ahora se presenta en esta exposición, es el resultado de un trabajo colectivo y un testimonio de la resiliencia y el deseo de transformación que habita en cada una de las personas que participaron en el proyecto.

«Urdiendo la vida para tejer la paz» es una invitación a reflexionar sobre las posibilidades que se abren cuando se decide tejer juntos y construir en comunidad. Los tejidos que se presentan en la exposición son más que piezas de arte, son hilos que conectan las historias y las experiencias de quienes participaron en el proyecto y que nos invitan a imaginar un futuro en el que la paz y la justicia sean una realidad en Colombia.

La exposición «Urdiendo la vida para tejer la paz» estará disponible para el público hasta el 30 de junio del 2023.

Exposición OTR+S FUTUR+S SON POSIBLES

La exposición OTR+S FUTUR+S SON POSIBLES es una iniciativa de la Red Nacional de Mujeres que busca generar reflexiones sobre la memoria y el futuro en relación con la lucha por los derechos de las mujeres y personas LGBTIQ+. A través de laboratorios de memoria en distintas regiones del país, se reunieron cerca de ochenta mujeres y personas LGBTIQ+ entre artistas y activistas, quienes crearon acciones rituales que imaginan un futuro común en el que se respeten las diferencias, los cuerpos y los derechos de todas las personas.

La exposición recoge el trabajo de estas personas en los laboratorios de memoria realizados en cuatro departamentos de Colombia (Putumayo, Cauca, Valle del Cauca y Chocó), en los que se promovió el diálogo y la reflexión colectiva sobre la memoria y el recuerdo como herramientas para la construcción de un futuro más justo y equitativo para todas y todos.

La muestra se presenta como una oportunidad para visibilizar la lucha por los derechos de las mujeres y personas LGBTIQ+ en Colombia y para promover la reflexión en torno a la construcción de un futuro en el que se garantice la no discriminación ni la violencia hacia estos grupos poblacionales. Además, esta exposición es una muestra de cómo el arte y la memoria pueden ser herramientas poderosas para la construcción de nuevas narrativas que permitan la transformación social y la construcción de futuros más justos y equitativos para todas las personas.

La exposición » OTR+S FUTUR+S SON POSIBLES » estará disponible para el público hasta el 10 de mayo del 2023.

Las cifras del horror: Documentación y sistematización de violaciones a derechos humanos del paro

Fernanda Espinosa Moreno, Equipo CMPR – 4 de Julio de 2021

El actual Paro Nacional, que inició el 28 de abril de 2021, ha implicado una grave crisis de derechos humanos; el país ha tenido niveles altos de violaciones concentradas en relativamente poco tiempo. De acuerdo con la ONG Temblores, entre el 28 de abril y el 26 de junio de 2021 ocurrieron 4.687 hechos de violencia policial, de ellos 44 homicidios. Si bien el movimiento de derechos humanos colombiano se ha caracterizado por una especialización en el registro inmediato de la violencia, el volumen de casos  de estos dos meses de paro no tiene precedentes. Esto ha implicado un trabajo extraordinario y constante de las personas defensoras de derechos humanos, que le permite a la sociedad conocer la dimensión y características de la represión. 

Sobre la construcción de las cifras de violaciones a derechos humanos del Paro, Leonardo González, coordinador del Observatorio de DD.HH. y conflictividades de Indepaz, en una entrevista con Jose Antequera  titulada “Por dónde empieza la memoria: el registro inmediato de las violaciones de DDHH”, señaló: “Son como las cifras del horror más o menos, porque nosotros desde hace algún tiempo hemos venido realizando este macabro ejercicio de tener cifras”. Indepaz ha realizado un ejercicio detallado de sistematización de las cifras de masacres, asesinatos de líderes sociales  y de firmantes del acuerdo de paz.  

Foto: Campaña Defender la Libertad
Foto: Campaña Defender la Libertad

Adicionalmente, desde el inicio del Paro detectaron que vendría una fuerte represión que sería necesario documentar con atención:  “Con el Paro Nacional, el día 28 asesinaron 4 personas en Cali, dijimos esto es una masacre más, lo metimos como una masacre, pero nos dimos cuenta de que en Bogotá asesinaron a otro el mismo 28 y que en Ibagué asesinaron otro, es decir, fueron cinco personas el mismo día. Entonces aquí va a pasar algo más y esto apenas está empezando y al otro día más y más, y vamos sumando, entonces tuvimos que hacer este nuevo ejercicio de verificar lo que está sucediendo en el medio del Paro y nos asociamos con Temblores, que son una organización interesante que viene haciendo este trabajo también de seguimiento al abuso policial” señaló Leonardo González. 

Esta repuesta inmediata, esta “documentación en caliente”, es posible gracias al gran trabajo y voluntad de las personas defensoras y a la experiencia previa. Una tradición y una experticia en documentación que tiene el movimiento de derechos humanos colombiano desde hace más de 40 años.  

Una parte fundamental del trabajo lo hacen los y las defensoras de derechos humanos durante las protestas en terreno, quienes se organizan en esquemas o grupos de trabajo  que denominan Comisiones de Verificación e Intervención de la sociedad civil (CVI). Luis Carlos Montenegro, secretario técnico de la Campaña Defender la Libertad, nos cuenta cómo funcionan estas comisiones: “Están conformadas por tres personas mínimo, en el que se asumen tres roles: uno el de coordinador e interlocutor con las autoridades,  otro el de hacer una documentación escrita de toda la información relevante en el acompañamiento que se da en terreno, y finalmente el que hace la documentación audiovisual, lleva los registros fotográficos, de video y de audios”.  También las CVI realizan diálogos con altos mandos de la policía y funcionarios del ministerio público. Esta información en terreno de las comisiones permite tener reportes diarios de lo sucedido “en caliente”. 

Foto: Campaña Defender la Libertad

Durante el Paro las jornadas de trabajo de las personas defensoras de derechos humanos en terreno han sido agotadoras, una jornada de acompañamiento “puede ser de ocho  u 12 horas, inclusive de 16 horas, que es bastante extenuante. Esto ha dependido de las dinámicas de este Paro. Antes, nosotros hacíamos acompañamiento en la mañana y en la tarde, pero, como ahora la mayoría de las movilizaciones se han convocado para la tarde y noche, nuestros turnos también han cambiado en ese sentido. Hemos acomodado nuestros turnos para hacer acompañamiento desde las 2 o 4 de la tarde para poder estar toda la noche, inclusive en algunos turnos hasta las 2, 3 o 4 de la madrugada. En algunas situaciones que lo han ameritado hasta las 6 de la mañana”, nos cuenta  Montenegro. 

Desde el momento que son convocadas las  movilizaciones, los defensores hacen una valoración de con cuántas personas se deben preparar para salir a acompañar la protesta. En este paro también han tenido que mejorar y redefinir su equipamiento de trabajo, pues además del chaleco que los identifica, también portan cascos y gafas protectoras.  

En el caso de la Campaña Defender la Libertad reciben información las 24 horas para alimentar y contrastar las cifras desde la línea de emergencias, formularios en la página web, el correo electrónico y las redes sociales. Además, realizan un barrido de información con algunos medios de comunicación. Esta información sirve para alimentar una matriz prediseñada con unas categorías en las que resaltan distintas agresiones a los manifestantes. Dentro de la Campaña Defender La Libertad, “distintas personas hacemos turnos, distintas horas del día, para incluir esta información. Luego un equipo más pequeño nos encargamos de hacer el barrido, de cotejar, cruzar. Hay equipos de sistematización que hacen estas mismas horas, inclusive más. Sobre todo cuando las jornadas de protesta se extienden hasta altas horas, pues el flujo de información es mayor, entonces lo que hay que procesar también es mayor” comentó Luis Carlos Montenegro. 

Dado el gran flujo de información, todo el tiempo se hace un proceso de actualización y contraste de las cifras, se revisan y cotejan. “ Hacemos un cotejo con organizaciones aliadas de gran trayectoria en el mundo de los derechos humanos, como Human Rights Watch, Amnistía Internacional, la Organización Mundial Contra la Tortura, inclusive con  la propia Organización de Naciones Unidas”, señala Montenegro.  

Foto: Campaña Defender la Libertad

La Campaña Defender la Libertad ha consolidado el Sistema de Información de Agresiones a la Protesta Social (SIAP), un instrumento de documentación y sistematización de casos de agresiones a la protesta social. La  información recolectada por las CVI y de las organizaciones sociales y medios de comunicación, se sistematiza en el SIAP y se realiza un análisis de las principales agresiones que sufren  las personas que ejercen el derecho a la protesta social. Además de la sistematización de las agresiones, con los casos que acompañan realizan denuncias a nivel jurídico y también cuentan con rutas de atención psicosocial.  

Por su parte, la ONG Temblores ha desarrollado la plataforma GRITA, que busca facilitar la denuncia de violencias policiales. En ella se registra, investiga y triangula la información. En esta plataforma pueden registrar hechos de violencia policial, tanto las víctimas como los testigos. También ofrecen asistencia jurídica a las víctimas.  

Personas desaparecidas durante el Paro Nacional  

Una de las cifras más complejas de consolidar ha sido la de las personas desaparecidas durante el Paro Nacional. Desde distintas organizaciones e instituciones han realizado listados con nombres de personas desaparecidas. Conocer la dimensión de la desaparición forzada suele ser muy dificil por las mismas caracteristicas de ocultamiento intencional de esta grave violación a derechos humanos, más aun en este contexto de crisis. La desaparición, justamente, busca ocultar absolutamente todo, el cuerpo y las pruebas, por lo que consolidar las cifras y las investigaciones  es mucho más difícil.  

Algunas organizaciones defensoras de derechos humanos crearon una mesa de trabajo que ha identificado al menos 379 desapariciones en el Paro. Por otra parte, la Fiscalía maneja la cifra de 84 “personas no localizadas”. La denuncia de casos de desapariciones forzadas en el marco del Paro son muy graves, recordemos además que la desaparición suele tener otros delitos conexos, como la dentención, la tortura, el asesinato y el ocultamiento del cadáver. 

Actualmente, las víctimas que integran  las organizaciones históricas de desaparición forzada también apoyan la búsqueda de las personas desaparecidas durante el Paro. Lucía Osorno, víctima de desaparición forzada de su hermano e integrante del MOVICE señaló: “Del 28 de abril al 6 de mayo se configuraron más o menos 379 desapariciones, se empezó a denunciar y es lo que está visibilizado. Siempre decimos que detrás de un desaparecido hay otro que no quiere contar que le da miedo, por que es lo que hemos logrado ver en el marco de esta protesta…Contar los desaparecidos es muy difícil. Nosotros le estamos apostando a ayudar a encontrarlos, pero también le estamos exigiendo al Estado que por favor busque, que no minimice”.

Foto: El RAP se Manifiesta 2021 - Joao Agamez - Equipo CMPR

Ellas, quienes mejor conocen la desaparición forzada, porque la han vivido en el pasado, hoy aportan a documentar, sistematizar, denunciar y buscar a los desaparecidos de este paro. “No nos queremos imaginar las noches a ciegas que han vivido estas familias de uno, de dos, de las 300, de las 84, de las cifras que sea, porque decimos que las cifras también generan impunidad, a uno solo el Estado lo  tiene que buscar. Evidenciamos que no buscan a las personas de los sectores más vulnerables. Uno solo nos hace falta a todos, y es  un deber de la sociedad y de las instituciones buscar un solo desaparecido”. 

Las propias víctimas de desaparición, que son también defensoras de derechos humanos, hoy aportan a la documentación y a la denuncia, acompañan a los familiares, llaman a amigos y familiares de quienes aparecen en las listas como desaparecidos, buscan activar los mecanismos institucionales de búsqueda, contrastan información, presionan socialmente, hacen plantones y murales para preguntar: ¿Dónde están todos los desaparecidos? ¿Dónde están los desaparecidos del Paro? 

Las organizaciones de derechos humanos han exigido a las instituciones estatales mayor claridad e investigación sobre estas denuncias de desaparición. “Se le ha presentado un derecho de petición a la Defensoría y a la Fiscalía sobre el tema de la desaparición, para decirles: Miren, este es el listado que tenemos nosotros, al menos para informarnos primero, y segundo, si ustedes ya los tienen, ¿qué han hecho? ¿qué ha pasado? ¿qué acciones se han tomado por parte de la Defensoría? ¿por parte de la Unidad de Búsqueda? ¿por parte de la Fiscalía? ¿qué ha pasado con esto?”, señala Leonardo González, de  INDEPAZ.  

Violencias basadas en género y violencia sexual  

Las defensoras de derechos humanos también han documentado distintas violencias basadas en género (VBG) y violencia sexual en el marco del Paro Nacional. Daniela Buriticá, del Comité de Solidaridad con Presos Políticos, señala: “En el marco de este paro tenemos registro de 59 casos de violencias basadas en género hacia las mujeres, que  incluyen: casos de agresiones sexuales, de esos tenemos 17 que están referidos a abusos sexuales, a tocamientos indebidos, a desnudez forzada;  21 casos de violencia física a mujeres en razón de su género;  18 casos de violencia psicológica, que incluyen conductas de acoso sexual, de amenazas de agresión sexual, hostigamientos, y esto también está acompañado por otra clase de violencias, como el robo de los elementos personales o los golpes; y tenemos ocho casos de abuso sexual, ejercidos también en contra de hombres.”. Estas eran las cifras de violencia sexual hasta el 25 de junio de 2021. En los últimos días ha habido nuevas denuncias de agresiones de este tipo. 

Los y las defensoras han identificado que un momento de alta vulnerabilidad para las mujeres que participan en las manifestaciones es  durante las detenciones arbitrarias con el empleo de figura de “traslado por protección”, al no existir controles o protocolos con trato diferencial y con enfoque de género para prevenir, atender, hacer seguimiento e incluso sancionar las violencias basadas en género durante estas detenciones.  Para Buriticá, “el riesgo de las violencias sexuales que enfrentan las mujeres en el marco de estas detenciones específicas se debe tener en cuenta. Nosotras tenemos un registro de agresiones sexuales que han ocurrido en guarniciones militares, en guarniciones de policías,  en CAIs y en centros de reclusión. Para nosotras es importante poner el ojo a estas detenciones arbitrarias, a estos traslados por protección porque ocurren en lugares cerrados,  lugares donde solo hace  presencia la policía, donde ellos tienen el control total,  son lugares pequeños, en donde no se puede saber lo que ocurre y no es visto por quienes están afuera, entonces son lugares donde más ocurren violencias sexuales”. 

Foto: El RAP se Manifiesta 2021 - Joao Agamez - Equipo CMPR

Ella nos cuenta los detalles de dos de estos casos: “El primero de mayo en Bogotá, a un grupo de manifestantes las trasladaron a una estación de policía en el barrio San Benito, en donde ellas reportan haber sufrido agresiones y que un agente de policía las hizo desnudar, e hizo desnudar a una mujer en especial dentro del CAI.  Otra situación fue el 29 de abril en Cali, donde una mujer estaba en una URI para ser judicializada supuestamente por obstrucción de la vía pública y en medio de la  retención  fue sometida a tocamientos indebidos por parte de los agentes de policía. También es de señalar  que la mayoría de estas detenciones son realizadas exclusivamente por policías hombres, incluso si hay una mujer presente esto no exime a las mujeres de ser víctimas de esta violencia”. 

Daniela Buriticá, joven defensora de derechos humanos, también señala que estas violencias de género  están siendo más visibles, las personas están denunciando más con la ayuda de las redes sociales: “La gente en este momento está siendo más consciente de que hay que documentar estas vulneraciones y también le está perdiendo el miedo a denunciar. Sin decir que se ha perdido completamente el miedo, que aún existe”. Sin embargo, aun existe un subregistro muy grande de estos casos. 

La Defensoría del Pueblo señaló la cifra de 106 personas que denunciaron ser víctimas  de violencias basadas en género, en contra de mujeres y población con orientación sexual diversa, de estas 23 son casos de violencia sexual.  Sin embargo, la sociedad no conoce avances en las investigaciones y sanciones de estos casos.  En general, ante las VBG se destaca la ausencia de investigación y poca diligencia de las autoridades. “Esto no es nuevo, es un discurso encubridor, que pone como menos importante las violencias sexuales y las VBG.  Esto se traslada también a las diferentes vulneraciones de derechos humanos, pero en especial esto es muy preocupante, porque es un velo protector que tiene la Policía Nacional, en donde no hay claridad en las investigaciones o en el desarrollo de las denuncias penales”, señala Daniela.  

Lesiones oculares 

Los distintos registros destacan el crecimiento de las lesiones oculares durante el actual Paro.  Desde el Paro de 2019 se presentaron algunas afectaciones a los ojos. Los y las defensoras destacan que es un fenómeno que se observó también en el estallido social en Chile. Este nivel de impacto a los ojos evidencia una sistematicidad, una aparente “orden no formal” del ESMAD de disparar al rostro. Una herida que afecta a largo plazo la vida de los y las manifestantes, pues implica la pérdida de la visión en muchos casos. También dentro de los heridos se observan varios lesionados en el rostro con tiros directos a la cara. De acuerdo con la ONG Temblores, entre el 28 de abril y el 26 de junio de 2021 han ocurrido 82 hechos de lesiones oculares.  

Más allá de las cifras y los datos  

Este difícil trabajo de registrar las violaciones a derechos humanos tiene el objetivo de que no vuelvan a ocurrir, de prevenir el abuso de autoridad de la Policía.  “Esta información es precisamente para que haya una incidencia para un cambio de comportamiento de la Policía, de las Fuerzas Militares  y una política distinta”, señala Leonardo González, de INDEPAZ. Los y las defensoras de derechos humanos están aportando al debate sobre una reforma a la Policía. Ellos y ellas, junto con las víctimas directas, conocen de primera mano los excesos de la fuerza pública y pueden aportar propuestas fundamentales en este sentido.  

Las organizaciones de derechos humanos destacan la sistematicidad que han tenido estas violaciones a los derechos humanos. Las definiciones de la sistematicidad hablan de la existencia de patrones que han sido repetitivos durante el tiempo, de una misma manera. También, de que “ las víctimas son manifestantes… es en el marco de la manifestación. Algo muy importante para decir si es sistemático, es la participación de agentes estatales, participación de cualquiera por acción, por omisión o por complicidad. Aquí precisamente es muy clara la acción por parte de los entes estatales”, afirma González.  

Una historia de la defensa de derechos humanos en Colombia lleva el trágico título de “Contando muertos” (Counting the Dead: The Culture and Politics of. Human Rights Activism in Colombia. University of California Press, 2007). Su autora, Winifred Tate, señala que la historia del movimiento de derechos humanos en Colombia está marcada por la acción de “contar muertos”, de documentar y sistematizar la muerte y las víctimas desde la década de 1980.

Colombia ha experimentado distintas crisis de violaciones de derechos humanos, ha pasado por periodos de fuerte represión donde los defensores de derechos humanos han realizado un trabajo de documentación, sistematización y denuncia constante desde hace varias décadas y en el actual Paro Nacional siguen “contando muertos”. El trabajo de los y las defensoras para que conozcamos la dimensión de la violación a derechos humanos debe ser resaltado, no solo son cifras, son vidas humanas.

Cartografía: Encuentros de experiencias pedagógicas constructoras de memoria y paz en la Escuela.

Este documento plantea una forma de ordenamiento de las experiencias pedagógicas compartidas y pone a disposición una ruta metodológica de mapas, preguntas y reflexiones con las cuales incrementar el diálogo de saberes que sobre pedagogías de paz, memorias, reconciliación y derechos humanos existen en Bogotá.

En este espacio virtual encontraran información sobre el proceso de construcción colectiva que se está constituyendo en la ciudad.

  • Encuentro de experiencias pedagógicas constructoras de memoria y paz en la escuela.
  • Mapas parlantes.
  • Laboratorios de Co-Creación.
  • Otras acciones que articulen con el movimiento.

Serie: el poder de lo local

La serie audiovisual El Poder de lo Local intercambia experiencias de organizaciones, colectivos y movimientos sociales, que desde diferentes ciudades y territorios, han realizado trabajo local y comunitario, orientado hacia la construcción de un territorio marcado por luchas comunes, entre ellas la defensa de los derechos humanos, la construcción de memoria y una cultura de paz en los escenarios locales.

A la fecha, se han publicado 6 capítulos de la serie audiovisual, disponible en la plataforma YouTube.

Caminos hacia la memoria. Herramientas metodológicas para el trabajo con niños, niñas y adolescentes.

Las metodologías y herramientas que ofrece esta publicación son el resultado del trabajo del equipo de pedagogía que busca contribuir a la formación territorial con actores educativos y gestores culturales en distintas comunidades interesadas en la exploración del pasado reciente, a través de ejercicios de memoria que contribuyan a la construcción de paz y a la reconciliación, en el marco del post-acuerdo.
El presente material está dirigido a facilitadores y facilitadoras que deseen promover iniciativas de memoria con niños, niñas y adolescentes para su formación integral dentro de ámbitos formales y no formales de educación.

La paz es ahora

Teniendo en cuenta la coyuntura que atraviesa Bogotá y el país en su contexto político y social, se llevaron a cabo en 10 localidades una serie de talleres y ferias tituladas «La paz es ahora». Estas jornadas permitieron evidenciar la diversidad de insituciones, organizaciones, colectivos, parches, entre otros que actualmente poseen iniciativas y trabajo en temas de convivencia, defensa de los derechos humanos, trabajo por la memoria histórica y por la creación de escenarios garantes para la paz.


Los talleres «La paz es ahora» permitieron un diálogo y una concertación en la que se llega a la conclusión de que es necesario generar mas oportunidades en las localidades que posibilite darle una mayor difusión al trabajo de las organizaciones y grupos artisticos y brindar mayores y mejores espacios que faciliten la construcción colectiva.

De la tierra al olvido. Y otras historias de mujeres en medio del conflicto

De La tierra Al olvido

Las mujeres en Colombia han sufrido doblemente la guerra. Las cifras nos muestran que los hombres han sido las principales víctimas del delito de homicidio, pero también nos indican que las demás tipologías de violencia han sido ejecutadas a la par contra hombres y mujeres. Vergüenza, dolor, amargura y rabia son las palabras que vienen a mi mente cuando pienso en cientos de mujeres víctimas que he conocido a lo largo de este interminable conflicto colombiano. Mujeres desplazadas con sus hijos, mujeres que no encuentran sosiego ante la desaparición de un familiar, mujeres cuyos hijos se los llevó la guerra porque fueron reclutados, y viven con el corazón en la mano, esperando siempre la trágica noticia de la muerte. Mujeres violadas para humillar al supuesto enemigo, mujeres desaparecidas, mujeres secuestradas, mujeres mutiladas, mujeres preñadas por sus victimarios violadores, mujeres tristes, mujeres solas, mujeres sobrevivientes. 

Pero también he conocido el valor inigualable de estas mujeres que, a pesar de todos sus sufrimientos, tuvieron que levantarse solas para seguir adelante con la vida, lograr sobreponerse gracias a su esfuerzo y revertir su sufrimiento en una causa colectiva. Con este valor indescriptible y su propia persistencia, muchas mujeres lograron que las adversidades y las circunstancias forjaran su liderazgo y que, en el marco de otros esfuerzos hechos por los movimientos de defensa de los derechos humanos, se hicieran visibles y reconocidos sus derechos.

 A pesar de que la guerra y la violencia arrebatan cada día los derechos de muchas ciudadanas y ciudadanos, Colombia hoy cuenta con un marco jurídico que reconoce los derechos de las mujeres víctimas y con una serie de autos proferidos por la Corte Constitucional, que son instrumentos fundamentales en la búsqueda de la garantía de los derechos, pues reconocen el impacto desproporcionado, en términos cuantitativos y cualitativos, del conflicto armado interno y del desplazamiento forzado sobre las mujeres colombianas. En el ámbito de la prevención del desplazamiento forzoso, la Corte Constitucional ha identificado los Riesgos de Género, es decir, los factores de vulnerabilidad específicos a los que están expuestas las mujeres por causa de su condición femenina en el marco de la confrontación armada interna colombiana, que no son compartidos por los hombres, y que explican en su conjunto el impacto desproporcionado del desplazamiento forzoso sobre las mujeres. 

En este marco de derechos y reconocimientos jurisprudenciales, el Distrito Capital busca superar, de la mano con las mujeres víctimas del conflicto armado y con acciones concretas y acciones afirmativas, los rasgos de discriminación profundamente arraigados en la sociedad colombiana y construir una ciudad más justa, incluyente y amorosa.

Memorias con sentido de futuro. Cátedra del bicentenario

Memoria con sentido de futuro

Esta publicación reúne las ponencias presentadas en la “Cátedra del Bicentenario: memoria con sentido de futuro”, realizada entre los meses de marzo y julio de 2010. 

Con motivo de la conmemoración del Bicentenario del Grito de Independencia, el Centro del Bicentenario: Memoria Paz y Reconciliación de la Secretaría Distrital de Gobierno y la Cátedra de Pedagogía instituida por la Secretaría de Educación de Bogotá unieron sus esfuerzos; es así como se ofreció la oportunidad de abordar temas trascendentales de nuestra historia. 

En la sesión inaugural, realizada el 10 de marzo, el secretario Distrital de Educación, Carlos José Herrera, centró la Cátedra cuando señaló que “[…] la temática ‘Bicentenario: memoria con sentido de futuro’, no sólo nos ayuda a reflexionar sobre los doscientos años de la Independencia, sino sobre lo que está ocurriendo ahora”; indicó que nuestros pueblos del continente tuvieron una agenda común en su lucha emancipadora, y hoy, en varias naciones de América Latina, rescatan su sentido de historia abriendo centros de memoria en Chile, Uruguay, Brasil, Colombia y la misma España, para Memoria con sentido de futuro │ Cátedra del Bicentenario 10| rescatar el legado de sus pueblos. “Esa agenda común debe ser objeto de estudio en búsqueda del desarrollo del derecho a tener memoria para no repetir y sacar experiencias en defensa de la democracia y los derechos humanos”, recalcó Herrera.

 La Cátedra incluyó en las tres primeras sesiones reflexiones sobre los fundamentos del Estado de Derecho y los derechos humanos, sobre conquista de derechos para las mujeres en setenta años de luchas y el significado histórico de la Asamblea Constituyente de 1991. En la segunda parte de la Cátedra se abordaron temas de gran importancia en la pedagogía de las Ciencias Sociales y el análisis histórico de los movimientos populares. 

En este volumen se incluyen las ponencias centrales que están a disposición de los lectores en el aula virtual del Centro del Bicentenario: Memoria, Paz y Reconciliación, al lado de otros textos que son un calificado material de consulta para que en los centros educativos se continúe profundizando en esta Pedagogía de la Memoria con Sentido de Futuro.