Las​ ​voces​ ​de​ ​la​ ​memoria:​ ​mis​ ​memorias,​ ​nuestras​ ​memorias.

En el Colegio Alfonso Reyes Echandía de la localidad de Bosa se desarrolla una propuesta interdisciplinaria entre las áreas de Artes y Ciencias Sociales, para abordar lo ocurrido en el conflicto armado en Colombia, que parte de una exploración de las memorias personales y familiares de los estudiantes a través de la investigación escolar y la experimentación con lenguaje corporal.

El proyecto inició en el año 2010, por iniciativa de las profesoras Diana Fique y Ella Ramírez con la motivación de mostrar que era posible producir conocimiento sobre la realidad social, en el colegio por los estudiantes.

En un principio, el abordaje de la memoria se hizo desde la exploración de la herencia patrimonial de la localidad de Bosa. Pero en el año 2013, con ocasión de los diálogos de paz iniciados entre el Gobierno nacional y Las FACR, las profesoras observaron relevante incorporar un enfoque que les permitiera explorar las memorias del conflicto armado interno. Por esta razón, emprendieron junto a los estudiantes de grados noveno, decimo y once un ejercicio orientado a la documentación de casos emblemáticos ocurridos en el marco del mismo. No obstante, cuando, presentaron los resultados de su investigación en el colegio, se dieron cuenta que debían encontrar la forma de interpelar emocionalmente a los espectadores.

Encontraron que la profesora Liliana Saavedra del área de educación artística, adelantaba una exploración en torno al cuerpo, la cual permitía abordar la dimensión estética de la memoria. Concluyeron entonces que el proceso de investigación en ciencias sociales debía resultar en una puesta en escena. De ahí, se llevó a cabo el montaje conjunto de la obra Juanín el niño que fue a la guerra, una pieza mixta en donde confluyen la música, la danza y el video para dar cuenta sobre la guerra fratricida que se ha luchado en Colombia por más de 60 años.

La puesta en escena que se ha ido transformando a lo largo de los años, ha sido presentada en diversos escenarios de la ciudad. Actualmente, las docentes han empezado a involucrar a estudiantes de séptimo de bachillerato y se encuentran probando una propuesta para el trabajo de memoria con niños y niñas de primaria. 

En 2017, Las voces de la memoria fue una de las tres experiencias ganadoras del premio “Experiencias Educativas en Memoria para una Cultura de Paz y Reconciliación”, organizado por el Centro de Memoria, Paz y Reconciliación (CMPR), en el marco del Programa Distrital de Estímulos 2017 de la Secretaría Distrital de Cultura, Recreación y Deporte.

Construyendo futuro

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Según la concepción lineal del tiempo que tienen la mayoría de las civilizaciones humanas, el futuro es la porción de la línea temporal que todavía no ha sucedido; en otras palabras, es una conjetura que bien puede ser anticipada, predicha, especuladapostuladateorizada o calculada a partir de datos en un instante de tiempo concreto. En la relatividad especial, el futuro se considera como el futuro absoluto o el como futuro del tiempo. En física relativista, el tiempo es considerado como una cuarta dimensión. Fijado un evento del espacio-tiempo y observador concreto, se puede dividir el espacio-tiempo en tres regiones conexas (futuro causal, pasado causal y eventos no relacionados causalmente), separadas por el evento del presente. En estos términos el futuro causal es un conjunto topológico construido a partir de geodésicasemergentes. Nótese que dados dos observadores diferentes, sus futuros causales difieren por lo que el futuro no es una región absoluta definida con independencia del observador.

Tejiendo historias

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Siempre escribo de las vueltas de las vacaciones. Es que hay hay algo en ese reencuentro con lo de siempre, que me encanta. Porque es “lo de siempre”, pero mirado distinto. Como si la distancia de los días y los kilómetros develara algo nuevo en lo de todos los días. Nos fuimos de casa una madrugada de invierno. Con estrellas, niebla y mucho, mucho frío. Los árboles, pelados, sin miras de una primavera cerca. Todavía había luna. Ellas, en pijama y llenas de lagañas, entendían que empezaba el viaje y no se durmieron hasta cuatro horas después. Los primeros mates arrancan con la linterna del celular, y el cielo empieza a clarear muchos kilómetros después de haber tirado, una vez más, toda la yerba en mi lugar.

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