Tejiendo memorias a través del arte: procesos de creación colectiva en Bogotá

Desde el año 2021, el Centro de Memoria, Paz y Reconciliación en Bogotá ha sido el epicentro de un proyecto excepcional que ha iluminado la ciudad con creatividad, reflexión y un profundo compromiso con la diversidad y la reconciliación. Este proyecto, que combina las disciplinas del teatro y el hip hop, ha brindado a la juventud de Bogotá una oportunidad única para desarrollar su creatividad y, al mismo tiempo, contribuir a la construcción de la memoria y la paz en la ciudad.

A lo largo de este viaje artístico, las sesiones de formación artística se convirtieron en el crisol donde jóvenes talentosos dieron vida a obras impactantes, como «RAPAZ», «KOMPAZ» y «UBASUKA». Estas piezas teatrales no solo son manifestaciones de la creatividad juvenil, sino también testimonios vivos de las experiencias, esperanzas y luchas que han moldeado la historia de Bogotá.

Lo que hace que este proyecto sea verdaderamente especial es su compromiso con la diversidad y la reconciliación. En un esfuerzo por abordar la complejidad de la historia de Bogotá, se incorporaron enfoques diferenciales en cada etapa del proceso. Estas reflexiones no solo se centraron en la creatividad artística, sino también en la perspectiva de las víctimas de violaciones a los derechos humanos en la ciudad.

Conoce el resultado de esta fusión en la siguiente lista de videos:  

Ubasuka: Desarraigo del olvido: una apuesta de memoria desde el teatro   

El Centro de Memoria, Paz y Reconciliación de Bogotá presentó el pasado 21 de septiembre del 2023,  la obra de teatro «Ubasuka: Desarraigo del Olvido». En este evento, más de 30 participantes del taller compartieron sus reflexiones sobre la desaparición forzada, la violencia, las resistencias y las luchas de Colombia a través de una conmovedora creación colectiva. 

Este proceso fue dirigido por Paola Guarnizo, dramaturga y directora de teatro. Esta creación permitió a los participantes explorar y expresar sus pensamientos y sentimientos sobre el país de una manera única, trascendiendo las palabras escritas en papel para llevarlos al escenario. 

Jackeline García, bailarina de danza teatro, destacó cómo la creación artística puede ser terapéutica y sanadora al poner en escena la memoria colectiva. Juan Camilo Gómez, rapero de Engativá y miembro de la Corporación Uno Cero, resaltó cómo el proceso colaborativo de la obra fomentó el trabajo en equipo y la revalorización del teatro. 

Alejandro Forero, psicólogo y miembro de la Fundación Open Paz, expresó cómo el escenario se convirtió en un espacio propicio para explorar emociones y experimentar un crecimiento personal significativo.

Celia Amaya, docente de ciencias naturales, enfatizó la importancia de compartir el trayecto marcado por la historia y la necesidad de darlo a conocer a través del arte escénico. 

Tephy Piedrahita, artista audiovisual, describió el teatro como una forma de medicina y ritual, donde al poner los pies en las tablas se crea una línea que diferencia quién eres en el escenario y qué deseas interpretar, lo que produce un estado alterado propicio para la sanación. 

El estreno se llevó a cabo en el auditorio del Centro de Memoria, Paz y Reconciliación en Bogotá. 

Les compartimos fotos de lo que fue este magnífico evento: 

La memoria y el arte en KOMPAZ: Un homenaje a la paz

El pasado viernes 19 de mayo de 2023, el Centro de Memoria, Paz y Reconciliación de Bogotá se convirtió en el vibrante escenario de KOMPAZ (Kultura y Arte: hOmenaje y Memoria por la PAZ). Bajo la coordinación de Diana Avella y Paola Guarnizo, este evento reunió a más de 20 artistas en un acto conmovedor para honrar las luchas, resistencias y construcciones de memoria de nuestra ciudad.

KOMPAZ se presentó como un proceso formativo de creación colectiva, fusionando el hip-hop y el teatro, con el objetivo de abordar los problemas estructurales de Colombia y las afectaciones urbanas y rurales en el marco de la construcción de la paz en el país. Desde el Centro de Memoria, Paz y Reconciliación de Bogotá, se apostó por el arte como una herramienta transformadora y un vehículo para expresar las diversas realidades del país.

Las directoras pusieron en marcha una sinfonía de talento y creatividad en cada una de las presentaciones. El elenco estuvo conformado por destacados artistas como Andrés X, Ángela Marentes, Bboy Beat Man, Big Serio, Caminante BTA, Clemzo, Diosa precolombina, Diana Machuca, Erika Juana Rievera Reyes, Giovanna Edith Rodríguez Ballen, Irencaos, Joy Rap, Juan Mora, Laura Katerín Merchán Vaca, La chica del SLAM, Luisa Romero, Laura José Álvarez Navas, Mahylo López, Maleja L Riaño, Marlon López, Natalia Betancurth, Oscar Díaz, PoisonMc Corporación Uno Cero, Samantha Sc y el DJ Juan D. Pacheco, conocido como DJ PKZ.

La función de KOMPAZ fue un derroche de emociones, donde el público pudo disfrutar de un espectáculo que combinó la música, el baile y el teatro en una explosión de arte y expresión. Las historias compartidas a través de las letras de las canciones y los movimientos de los y las artistas permitieron reflexionar sobre la realidad del país y reafirmar el compromiso de construir una sociedad más justa y pacífica.

El Centro de Memoria, Paz y Reconciliación de Bogotá se enorgullece de haber sido testigo y facilitador de este encuentro único, donde el arte se convirtió en un medio de reconciliación. KOMPAZ fue un espacio donde la memoria y la creatividad se unieron para transmitir mensajes de esperanza, resistencia y transformación.

Agradecemos a todas las personas que hicieron posible esta experiencia inolvidable, tanto a los artistas como al público presente. Su compromiso y participación en este homenaje a la paz nos inspiran a seguir promoviendo la cultura de la memoria y el arte como pilares fundamentales para la construcción de una sociedad más justa y equitativa.

Espacios para crear

Lorem fistrum por la gloria de mi madre esse jarl aliqua llevame al sircoo. De la pradera ullamco qué dise usteer está la cosa muy malar.

LACC – Simonu 
Los laboratorios artísticos de creación ciudadana (LACC), son espacios de experimentación, encuentro, intercambio para la creación de contenidos simbólicos de memoria expresados en diversos lenguajes artísticos y culturales, entre víctimas, organizaciones sociales, colectivos, artistas, creadores, artesanos, estudiantes, docentes y ciudadanía en general. Por medio de estos se pretende fortalecer la experiencia creativa con el fin de generar un proceso de conocimiento más allá del desarrollo de una técnica o la aplicación de la misma, generando sucesos de sentido desde un pensamiento sensible y creativo. 

El poder de lo local

Intercambio de experiencias de organizaciones, colectivos y movimientos sociales, desde diferentes ciudades del mundo, que han realizado trabajo local y comunitario, orientado hacia la construcción de un territorio marcado por luchas comunes, entre ellas la defensa de los derechos humanos, la construcción de memoria y la apuesta por aportar a una cultura de paz.

Un monumento en el cielo en memoria de las personas desaparecidas

Por María Flórez, equipo del Centro de Memoria, Paz y Reconciliación.

Por segundo año consecutivo se realizó en Bogotá “Ausentes, estrellas presentes”, una acción pública en la que organizaciones sociales y de víctimas que luchan contra la desaparición forzada interpelan a la ciudadanía mediante la representación de los desaparecidos en las estrellas.

Los claveles blancos de la marcha de 1983. Un colibrí que encarna los tiempos de la memoria. El Palacio de Justicia abrasado por las llamas simbolizando la injusticia de la ausencia forzada. Un corazón que contiene la tristeza de la pérdida. El Monumento a la Resistencia de Cali, emblema de la acción colectiva. Una flor de loto que representa la vida digna. La mujer de los ojos vendados significando solidaridad e impunidad. Una cometa que eleva las exigencias de las víctimas. Una mariposa que personifica la separación y la búsqueda.

Todas esas imágenes están formadas por estrellas. Son asterismos o constelaciones creados por organizaciones de familiares de víctimas de desaparición forzada o de defensores de derechos humanos que acompañan las labores de documentación y búsqueda. Proyectadas en el domo del Planetario de Bogotá, conforman un “monumento a la memoria” de las personas desaparecidas forzadamente en Colombia, pero también de la ardua lucha de quienes se han organizado para buscarlas aun en medio de un clima de persecución, poca capacidad institucional e indiferencia social.

Este monumento efímero fue presentado al público el pasado viernes 4 de noviembre, como parte de la segunda versión de “Ausentes, estrellas presentes”, una acción pública de memoria resultado de un proceso de co creación en el que participaron el Centro de Memoria, Paz y Reconciliación (CMPR), el Planetario de Bogotá, la Línea Arte y Memoria Sin Fronteras de IDARTES y 12 organizaciones sociales y de víctimas. El proyecto busca asignarles un lugar en el cielo a las miles de personas que han sido desaparecidas en el país durante el conflicto armado.

Foto 1: Asterismos creados por las organizaciones. Foto: Joao Agamez - Centro de Memoria, Paz y Reconciliación

La relación entre la búsqueda de los desaparecidos y la observación del cielo está condensada en un documental de Patricio Guzmán, pero también en la contemplación íntima que han hecho los familiares en las largas noches de espera. Durante la ausencia de su hermano Bernardo, desaparecido durante la retoma del Palacio de Justicia, en 1985, Sandra Beltrán observó muchas veces el firmamento: “Es un ejercicio que vengo haciendo desde que tenía 20 años, solo que lo hacía en la terraza de la casa paterna nuestra. Me daba la madrugada parada mirando el cielo, parada mirando y esperando que apareciera algo o pasara algo. Cuando murió mamá me daban horas enteras mirándolo, por una ventana o desde la terraza, buscando respuestas”.

Esta apreciación, y la elaboración de representaciones a partir de ella, ha estado presente durante toda la historia humana, según explica Carlos Molina, coordinador del Planetario de Bogotá: “El cielo ha sido un escenario de memoria para la humanidad desde que tenemos conciencia. Allí están plasmados en muchas culturas los héroes, los sueños, los miedos. En 2021, cuando comenzamos con este ejercicio, nos dimos cuenta de que construir nuestro propio cielo como una escultura de memoria fortalecería los relatos de lo que somos y lo que nos ha pasado, pero que sobre todo se constituiría para los familiares de las víctimas en un referente de estar mirando el mismo cielo que miraron nuestros ancestros y que, como la esperanza se mantiene, tal vez estén viendo los desaparecidos”.

En el mismo sentido, Jose Antequera, director del CMPR, explica que “en esta acción de memoria poética se pudieron cartografiar los casos de desaparición forzada en el cielo de acuerdo a un ejercicio participativo, por medio de constelaciones que fueron elaboradas por las propias organizaciones y que corresponden a los símbolos que reivindican por su experiencia y por sus luchas”.

Foto 2: El domo del Planetario de Bogotá fue uno de los epicentros de la acción pública de memoria. Foto: Joao Agamez - Centro de Memoria, Paz y Reconciliación

En el domo del Planetario también se proyectó una línea de tiempo elaborada por las y los familiares, que comprende el periodo 1928 – 2022. Esta línea incorpora las fechas de creación de las organizaciones, algunos casos de desaparición forzada; acciones colectivas de búsqueda, construcción de memoria y creación o transformación de la legislación sobre la materia; y las tipologías de la desaparición, enmarcadas en los contextos políticos en que se produjeron. Allí pueden reconocerse la desaparición de Omaira Montoya, en 1977, así como el reciente fallo en el que la Corte Interamericana de Derechos Humanos declaró la responsabilidad internacional del Estado colombiano en la desaparición forzada de Pedro Movilla, dirigente del Partido Comunista de Colombia – Marxista Leninista.

Ya afuera del Planetario, en la Plazoleta del Parque de la Independencia, las y los familiares se arroparon con las estrellas. Cada una vistió una capa azul, en la que se iluminaron asterismos, nombres de los desaparecidos y frases proclamadas en marchas, plantones, conmemoraciones.

La organización Familiares del Palacio de Justicia, de la que hace parte Sandra Beltrán, portó la frase “Sus huellas, nuestras huellas, no se borrarán jamás”. Sandra explica su pertinencia: “Cada palabra que compone esa frase es real, porque nosotros hemos seguido las huellas de los desaparecidos del Palacio desde el momento en que salen tomados por la Fuerza Pública. Hemos seguido las huellas que nos han ido dejando estos 37 años por la Casa del Florero, el Cantón Norte, la Escuela de Artillería, las Cuevas de Sacromonte en Facatativá. Al hacer este recorrido, las hemos pisado y reafirmado”.

Foto 3: Las capas fueron elaboradas manualmente en sesiones de trabajo colectivo. Foto: Joao Agamez - Centro de Memoria, Paz y Reconciliación

La elaboración de estas capas fue realizada en El Olimpo, un laboratorio de moda ubicado en el barrio Santa Fe, en el que trabajan mujeres trans. Fue la Madre Cindy, una experimentada lideresa y antigua habitante del barrio, quien guió a las familiares durante el proceso de bordado de luces y aplicación de pedrería. Para las participantes fue un escenario de aprendizaje, encuentro y catarsis.

Vestidas todavía con las capas, las familiares declamaron un poema creado colectivamente. En medio del ruido incesante del centro de Bogotá, las y los transeúntes escucharon: “No descansaremos hasta encontrarlos. Cada estrella es uno de los nuestros iluminando el destino. Nuestros ausentes habitan nuestras mentes […] Y a ustedes, señoras y señores, ¿quién les hace falta en el país del olvido?”.

La vinculación de la ciudadanía en la búsqueda y la exigencia de justicia ha sido una prioridad para los familiares en este y muchos otros procesos de memoria. Pablo Cala, de la Fundación Hasta Encontrarlos, señala que “hay tres mensajes clave en esta acción pública. Primero, que nada justifica las desapariciones forzadas. Segundo, que la búsqueda no puede ser solamente una tarea de los familiares o de algunas instituciones, sino que debe ser una apuesta social, para que se puedan erradicar las desapariciones como una práctica contra quien siente y piensa diferente. Y tercero, que la memoria no es algo del pasado, sino algo presente que de manera directa nos está interpelando”.

Foto 4: "Ausentes, estrellas presentes" posibilitó el trabajo articulado entre las organizaciones. Foto: Joao Agamez - Centro de Memoria, Paz y Reconciliación

La interpelación a la sociedad y al Estado para encontrar a los desaparecidos y poner fin a este crimen de lesa humanidad ha sido un trabajo permanente de las organizaciones sociales y de víctimas desde hace casi 40 años, cuando se fundó la Asociación de Familiares de Detenidos Desaparecidos (Asfaddes). Como resultado de ella, el Congreso tipificó en 2000 el delito de desaparición forzada y los dos procesos de justicia transicional desarrollados en el país han creado mecanismos, equipos e instituciones para la búsqueda, que es todavía insuficiente teniendo en cuenta la dimensión de lo ocurrido. En su Informe Final, la Comisión para el Esclarecimiento de la Verdad determinó que entre 1985 y 2016 fueron desaparecidas 121.768 personas en el país.

Esta labor desarrollada durante décadas ha empezado a ser recientemente reconocida. En su sentencia sobre el caso de Pedro Movilla, la Corte Interamericana le ordenó al Estado que, en un acto público de reconocimiento de responsabilidad, hiciera mención al “impacto particular sufrido” por Candelaria Vergara, esposa de Movilla, y otras mujeres que han buscado a los desaparecidos. Además, en octubre pasado, varios congresistas radicaron el Proyecto de Ley para la Protección Integral de los Derechos de Mujeres y Personas Buscadoras, impulsado por la Fundación Nidya Erika Bautista.

Consciente de la necesidad de reconocer la valiosa trayectoria de las organizaciones, esta versión de Ausentes, estrellas presentes incorpora una exposición en el segundo piso del Planetario, en la que se exhiben objetos que son vehículos de la memoria de sus luchas. Allí se encuentran desde las primeras cartillas circuladas por los familiares en la década de 1980, hasta las más recientes cartografías que han elaborado para señalar los lugares de donde se llevaron a los desaparecidos. También se han dispuesto pendones, camisetas y los rostros de las personas desaparecidas plasmadas en múltiples soportes, que podrán apreciarse hasta el próximo 20 de noviembre.

Foto 5: La exposición que hace parte de la acción pública busca reconocer el trabajo de las organizaciones sociales y de víctimas que luchan contra la desaparición forzada. Foto: Joao Agamez - Centro de Memoria, Paz y Reconciliación

Rosalba Campos, integrante del Colectivo 82, destaca al respecto: “Estos objetos son muy valiosos, son un tesoro para nosotros y los guardamos con mucho cuidado. Ahí hay parte de la historia de lo que son los comienzos de Asfaddes, cuando nos unimos para luchar contra las desapariciones, las familias fueron llegando y fuimos viendo que no éramos solamente nosotros los que teníamos desaparecidos”.

El montaje de la exposición en el Planetario es también una apuesta por llegar a otros públicos, ocupando el espacio de una institución que la ciudadanía no vincula necesariamente con la memoria del conflicto o la violencia política. Cesar Santoyo, director del Colectivo Sociojurídico Orlando Fals Borda, organización participante del proyecto, reflexiona en ese sentido: “Esto es disruptivo y hermoso, porque nos permite abrir estos diálogos en los lugares menos usados para ello. Así mismo tengo para recordar el Diálogo Internacional de Saberes sobre Desaparición Forzada, que lo hicimos en la Facultad de Ingeniería de la Universidad Francisco José de Caldas, igual que hemos hecho performance y montajes en lugares disruptivos, en la calle, diciéndole a la sociedad que no puede estar de espaldas a la lucha contra la desaparición forzada”.

Al cierre de la acción pública, el CMPR y el Planetario les entregaron a las organizaciones 44 cartas celestes, en las que se evidencia el cielo que era posible ver en los lugares, fechas y horas aproximadas en las que fueron desaparecidas igual número de personas. La representación de las y los desaparecidos en el cielo, y la creación de un monumento celeste en su memoria, es, como señala Luz Marina Bernal, de la Fundación Fair Leonardo Porras, “permitir que, aunque estén ausentes, estén presentes cada noche para nosotros. Y también es darles una postura mucho más alta de la que hemos podido venir dándoles. Ya les tenemos un lugar en cada una de las estrellas, desde allá nos están alumbrando”.

Diplomado para la apropiación del informe final de la Comisión de la Verdad

El Centro de Memoria, Paz y Reconciliación y la Comunidad de Prácticas Pedagógicas por la Memoria, la Verdad y la Paz, lanzan un nuevo diplomado, para la apropiación del Informe Final de la Comisión de la Verdad. Este busca propiciar escenarios de encuentro, intercambio y creación pedagógica entre educadores y líderes sociales y comunitarios, para la apropiación del Informe Final de la Comisión para el Esclarecimiento de la Verdad, y de contenidos de la plataforma digital.

El diplomado sin costo está abierto para maestros y maestras en ejercicio y en formación, educadores populares y comunitarios, líderes y lideresas juveniles, sociales y comunitarios, que acompañen o lideren procesos de educación, memoria y construcción de paz en Bogotá.

El proceso académico tendrá una duración de tres meses, con una intensidad de 100 horas, bajo una modalidad de formación directa, trabajo autónomo y trabajo colaborativo. Se entregará certificado con una asistencia mínima del 80% avalado por la Maestría en Educación para la Paz de la Universidad Distrital y el Centro de Memoria.

Las sesiones presenciales se realizarán en el Centro de Memoria, Paz y Reconciliación, la Universidad Distrital, la Universidad Pedagógica Nacional y la Biblioteca Luis Ángel Arango.

NOTA: Agradecemos a todas las personas que se inscribieron en el diplomado para la apropiación del Informe Final de la Comisión de la Verdad, en contextos educativos y comunitarios. Las inscripciones han sido cerradas porque superamos el límite de cupos. Compartimos información actualizada:

Virtualidad: Las instituciones y organizaciones que conformamos las comunidades de prácticas pedagógicas por la memoria, la verdad y la paz, como respuesta a las solicitudes y alta demanda del diplomado presencial, ofertaremos otro diplomado de naturaleza virtual. Pronto lo comunicaremos por las redes sociales.

Certificación: Como se manifestó en el formulario de inscripción y en el plan de estudios, pronto asignaremos los cupos de las personas que serán aceptadas para cursar el diplomado presencial y se informará vía correo electrónico. Las personas que cursen mínimo el 80% de las sesiones del diplomado, serán certificadas.

Conferencias: Todas las personas inscritas, y quienes no, podrán acceder a las conferencias de cada una de las sesiones que estarán alojadas en las plataformas del Centro de Memoria, Paz y Reconciliación.

Otras propuestas de formación: En las redes del Centro de Memoria, Paz y Reconciliación y del Colectivo de Formación Para la Paz, estaremos invitando a los diálogos pedagógicos nacionales sobre el legado de la Comisión de la Verdad. Además de conferencias, círculos de estudio del legado y co-creación de piezas comunicativas, se proponen diseños de estrategias didácticas propias a los enfoques territoriales. Inscripciones: colectivoformacionparalapaz@gmail.com

El mito de Sísifo, un pódcast para reflexionar sobre cárceles, memorias y pandemia

Cinco mujeres y cinco hombres que estuvieron presos o tuvieron familiares detenidos en cárceles colombianas son los protagonistas de nuestro pódcast “El mito de Sísifo”. Ellos y ellas hacen memoria de su experiencia en la prisión desde su sensibilidad como artistas, líderes sociales, profesores, activistas contra los falsos positivos judiciales y firmantes de paz. Nos cuentan cómo y por qué fueron hechos prisioneros, pero también cómo resistieron al encierro, la monotonía y la represión.

 

Buena parte de ellos y ellas son exprisioneros políticos, que fueron capturados en momentos de alta conflictividad social, política y armada. Aunque la mayoría no han sido condenados, reconocen que las memorias de las vivencias carcelarias han sido silenciadas por la estigmatización y la persecución que enfrentan las personas privadas de la libertad. En este pódcast buscamos amplificar esas voces.

 

Este proyecto del Centro de Memoria, Paz y Reconciliación, en alianza con El Espectador, surgió en el contexto particular de la pandemia, en el que nos preguntábamos por los impactos del confinamiento sobre la sociedad. En este periodo, además, fueron asesinadas 24 personas privadas de la libertad en la cárcel La Modelo de Bogotá durante una protesta motivada por el empeoramiento de la calidad de vida de los internos.

Puede escuchar “El mito de Sísifo” en Spotify o en su plataforma de audio favorita. Es un pódcast del Centro de Memoria en alianza con El Espectador que buscaba conversar, desde la memoria, sobre la experiencia de la cárcel y su relación con la pandemia.