Cartografia de la memoria

Los espacios públicos se convierten en símbolos de construcción social de una cultura de paz y reconciliación por la apropiación colectiva y la memoria viva.

Las calles, avenidas o plazas de Bogotá han ido llenándose de nombres de significado histórico y en los últimos tiempos de sitios que recuerdan a personas o acontecimientos ejemplares por su contribución a la paz o a la democracia. Son huellas de memoria y de rechazo a la violencia dejadas por iniciativas oficiales de reconocimiento o reparación y en muchas ocasiones sitios destacados por grupos de ciudadanos que llenan de símbolos de convivencia el espacio público.

Ese proceso social de apropiación del espacio público para la memoria le ha permitido al Centro de Memoria, Paz y Reconciliación ir construyendo con el aporte ciudadano una cartografía de Bogotá en la cual se han ubicado 74 lugares; muchos de ellos ostentan nombres de personas que han sido asesinadas en medio de la violencia política que ha marcado a Colombia en un siglo de historia: líderes políticos, defensoras de derechos humanos, sindicalistas, periodistas, estudiantes. También se han destacado lugares que recuerdan grandes eventos en la búsqueda de la paz como el Voto Nacional por la Paz en 1902, la Asamblea Constituyente de 1991, la Séptima Papeleta de 1990, el Mandato por la Paz en 1997, el plebiscito de 12 millones de firmas por el Manifiesto por la paz y la no violencia presentado por Colombia en 1998 ante las Naciones Unidas, el Centro de Memoria en el Parque de la Reconciliación, entre otros.

Al observar ese mapa de Bogotá Ciudad Memoria, la ciudad aparece marcada en todos los puntos cardinales por esos símbolos que son un llamado a las acciones comunes por la paz – que es otro nombre de la reconciliación – o a la no repetición del uso de las armas para dirimir conflictos políticos o sociales. Pero se observa en particular que como parte de la historia de la ciudad se han trazado dos rutas excepcionales que son la lectura de buena parte de la historia de violencia política y de lo que no se quiere olvidar. Una de esas rutas es el recorrido por la Carrera Séptima desde el sitio donde fue asesinado Rafael Uribe Uribe en 1914 en las gradas del Capitolio Nacional hasta la Avenida Rodrigo Lara Bonilla (calle 127) y otra por la calle 26 – Avenida Jorge Eliecer Gaitán – desde el Parque de la Independencia hasta el Aeropuerto El Dorado, Luis Carlos Galán.

EJE DE LA PAZ Y LA MEMORIA

Parte de esta última ruta, que va desde el camino a Monserrate a la Plaza de la Democracia y al lugar escogido para la construcción del Museo Nacional de Memoria Histórica, en la Calle 26 JEG con Avenida 30, ha sido reconocida como el Eje de la Paz y la Memoria con el decreto distrital 632 de diciembre de 2014.

PARQUE DE LA PAZ Y LA MEMORIA: la sede del Centro de Memoria, Paz y Reconciliación

Los espacios públicos se convierten en símbolos de construcción social de una cultura de paz y reconciliación por la apropiación colectiva y la memoria viva y no tanto por las decisiones oficiales ni por los grandes monumentos que se vuelven muchas veces solo nido de palomas. Esto ha venido ocurriendo con el Parque de la Paz y la Memoria que es el nombre que comienza a identificar a la unión de los Parques del Renacimiento y de la Reconciliación. En los últimos cuatro años, más de 300.000 personas han visitado el Centro de Memoria, Paz y Reconciliación y decenas de miles han concurrido a eventos por la paz y la memoria en el Parque del Renacimiento. El Memorial por la Vida que es la estructura más visible de ese complejo, fue elevado con el aporte de tierra sembrada de memoria por centenares de miles de personas que dejaron aportes de tierra, testimonios o mensajes de paz. Allí se encuentran registrados más de 45.000 nombres de víctimas fatales de la violencia política y sus violencias asociadas y se han incorporado simbólicamente los mensajes de paz de más de 270.000 jóvenes. Hacia abajo, en donde desde el siglo XIX se inhumó a los pobres de la ciudad, esta buena parte de nuestra historia.
Ciudadanos de todos los sectores sociales han concurrido a este espacio que se pretende denominar Parque de la Paz y la Memoria, cuyo epicentro es el Centro de Memoria,

No cabe duda de que la construcción de paz requiere nuevos lenguajes y símbolos que dejan su huella en la configuración de los espacios urbanos en donde esta generación se compromete con la superación definitiva de un ciclo de violencia. Ese es el significado del Eje de la Memoria y del Parque de la Paz que alberga al Centro de Memoria, Paz y Reconciliación.

Jardines

Lorem fistrum por la gloria de mi madre esse jarl aliqua llevame al sircoo. De la pradera ullamco qué dise usteer está la cosa muy malar.

Las paredes hablan

Lorem fistrum por la gloria de mi madre esse jarl aliqua llevame al sircoo. De la pradera ullamco qué dise usteer está la cosa muy malar.